El Consejo de Administración pedirá que los anteriores gestores del club asuman su responsabilidad por despidos declarados improcedentes
GREGORIO LEÓN
Los abogados del Real Murcia no paran de trabajar. Desde que llegaron se han encontrado con demandas, y sobre todo, con juicios perdidos. El club está siendo repetidamente condenado por los tribunales, que han declarado improcedentes muchos de los despidos acordados por la entidad en etapas anteriores. Hay casos muy llamativos. El Murcia, en decisión adoptada por Víctor Gálvez, decidió prescindir de Biel Ribas. El club ahora deberá abonarle 107.000 euros. En el mandato de Mauricio García de la Vega, el club comunicó a Fernando Llorente que resolvía su contrato. La entidad ha tenido que hacer frente ahora a una reclamación de 58.000 euros, con denuncia ante la AFE incluida. Raúl Moro también tomó decisiones de las que se han derivado graves consecuencias económicas para la entidad. Un ejemplo, el despido de Pedro Gómez Carmona, director deportivo que trajo De la Vega, y que fue despedido cuando Moro le revocó poderes al mexicano. Gómez Carmona reclama 60.000 euros, amparándose en que su contrato tiene rango de deportista profesional, y por tanto, entiende que le corresponderían los dos años de contrato que le firmó el club murcianista.
Desde el equipo de gobierno que encabeza Txema Almela se está haciendo acopio de información, recopilando casos que el Murcia está perdiendo en los tribunales, sin que haya defensa posible para el club, porque los despidos no eran procedentes. A juicio de los actuales responsables de la entidad, Moro, De la Vega y Gálvez no pueden quedar eximidos de toda responsabilidad, tras adoptar decisiones cuanto menos jurídicamente discutibles, según la apreciación que se hace desde el club.
El Consejo de Administración quiere poner coto a estas decisiones que califica de frívolas y gratuitas, y derivará las responsabilidades que ahora llegan en forma de juicios y condenas al club, de tal manera que recaiga sobre las personas que provocaron con sus determinaciones esas consecuencias, al entender que están provocando un perjuicio económico muy grave, perjuicio que pone en riesgo la viabilidad del club.
Uno de los postulados innegociables para los nuevos rectores murcianistas es que no se despide a nadie, salvo que haya razones objetivas y sólidos fundamentos para dar un paso de esa envergadura, de tal manera que una decisión tomada hoy a la ligera en ningún caso comporte lesiones económicas para el club mañana.