Los clubes integrantes del G-30, dispuestos a aceptar la quita planteada por el club grana
GREGORIO LEÓN
Aunque los aficionados están especialmente pendientes de lo que hace el Real Murcia cada fin de semana, hay otro partido que se disputa fuera del césped y que termina el 31 de diciembre. Ese día expirará el reconvenio de acreedores, y a partir de ahí, el club ya estará desprotegido ante una eventual petición de liquidación. Por eso, el actual órgano directivo grana y la comisión económico-jurídica del club están concentrando sus esfuerzos en llegar a acuerdos singulares con los diferentes acreedores que tiene la sociedad.
Uno de ellos es el G-30, que agrupaba a un grupo de clubes, presidido por Javier Tebas desde 2003. El Murcia se adhirió a él, firmando un contrato que incluía una penalización: en caso de que cualquier club rompiera unilateralmente el contrato, sería condenado a pagar 5 millones de euros. Condena que aplizó el Tribunal de Arbitraje. El Murcia pasó a deberle al G-30 esa cantidad, 5 millones de euros, de la que solo satisfizo 1,3. Por tanto, la cifra pendiente es de 3,7.
Dado que el G-30 se ha ido disolviendo, los responsables de 'K-Business' están hablando con cada club, uno a uno, de manera individual, trasladándole la oferta de quita, que es superior al 60 por 100. El Numancia actúa como mediador y coordinador de consensos. Desde el club grana son optimistas, contentos con las respuestas que están encontrando, y ven factible sacar adelante el acuerdo global.
Trabajo más complejo será alcanzar un compromiso de quita con el agente Paco Casal, otro de los acreedores más gordos que tiene el Murcia. Su crédito contra el club que actualmente preside Txema Almela es de tres millones de euros.