El hoy director general del Racing (rival del Murcia el martes en la Copa del Rey) honra la memoria del expresidente grana, y asegura que no le gusta nada el nombre de Enrique Roca de Murcia para el estadio
GREGORIO LEÓN
Víctor Alonso trabajó dieciocho años en el Real Murcia. Entró en 1999, como colaborador, para convertirse en jefe de prensa en 2001. Y Jesús Samper lo designó director general de la entidad grana en 2010, confiándole las responsabilidades inherentes del día a día. Durante casi una década fue su persona de máxima confianza. Los movimientos tectónicos que se produjeron en el club por la muerte del abogado madrileño lo desalojaron de su cargo, y fue contratado por el Racing de Santander, donde lleva dos años y medio prestando sus servicios de ejecutivo.
Respetado por una parte de la afición y criticado por otra, que lo hace corresponsable de los males económicos que han llevado al borde de la liquidación al club, regresa a Murcia el martes. El Murcia se cruza en su camino. Víctor Alonso no habría querido este emparejamiento. Pero el bombo siempre es caprichoso. El madrileño no va a esconder un mohín de disgusto cuando vea, en la fachada de Nueva Condomina, el nombre de Enrique Roca de Murcia: "No me gusta. Para nada", afirma Víctor Alonso, sin ocultar su opinión.
El exdirector general grana honra la memoria de Jesús Samper. Aun admitiendo las sombras de su gestión, opone sus logros para que su figura no se vea lastimada injustamente por la memoria: la ciudad cambió su fisonomía, en gran medida, gracias a él, concluye Víctor Alonso.
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