Onda Regional localiza, en medio del conflicto bélico, a Anton Korotkov y Vitaly Myroshnychenko, dos accionistas ucranianos que luchan por defender su país.
GREGORIO LEÓN
Las bombas y las alarmas antiaéreas se han convertido en la banda sonora, tenebrosa, fúnebre, de Ucrania. "Desde las ocho de la mañana, toda la ciudad ha sido bombardeada de nuevo". Anton Korotkov es uno de los millones de ciudadanos que viven con miedo desde hace una semana. Pendiente del cielo, de cualquier ruido que pueda poner en peligro su vida, convertida en una película de terror poblada de pesadillas. Vive en Járkov, la segunda ciudad más importante de Ucrania. Y fue desde allí donde, alertado por el SOS que lanzaba un pequeño club español, como hizo una transferencia económica para hacerse accionista del Real Murcia. Onda Regional lo ha localizado. "Mejor evitamos los audios de voz de Whatsapp, por el riesgo de que sean cazados por los rusos", comenta, con mil precauciones.
Los misiles Grad utilizados por Putin contra Járkov han devastado su ciudad. La Plaza de la Libertad, que producía admiración por sus proporciones colosales, la novena más grande del mundo, orgullo de los ucranianos, ha quedado reducida a escombros. Pero Anton al menos ha podido caer esta madrugada en un sueño irregular. Amante de los viajes, siempre ha aprovechado cualquier oportunidad y una buena tarifa para subirse a un avión y desplazarse a Milán, o Montecarlo, o Liverpool, atraído siempre por el deporte. Y ese espíritu aventurero y el amor a un deporte que, en vez de dinamitarlos a golpe de bomba, tiende puentes como el fútbol, le hizo comprarse un trocito del Murcia.
"Es un honor ser accionista del Real Murcia"
En 2020, un Real Murcia desesperado puso en marcha la ampliación de capital que etiquetó como 'Hazlotuyo', y que articuló con un admirable esfuerzo informático e imaginativo Antonio Ruiz. Miles de aficionados de todo el mundo se lanzaron a comprar títulos del club grana, con una transversalidad que dejó asombrados a los propios dirigentes de la entidad. Uno de ellos fue Anton Korotkov. Este joven de Járkov explica por qué decidió, desde su remota ciudad, entrar en el accionariado del Real Murcia: "Me encanta el fútbol y el deporte. Creo que no es solo un negocio, sino algo más. El fútbol crea una gran comunidad que lleva un mensaje a todo el mundo, que ayuda en los momentos difíciles, cuando el deporte te da una sonrisa y momentos positivos, así como una creencia indeleble en un futuro mejor. Recuerdo al Murcia, cuando era un niño y jugaba en la Liga, me encantan los clubes españoles con identidad propia. Hace unos años, cuando el club pasaba por momentos difíciles, uno de mis amigos me envió un mensaje diciendo que el Real Murcia necesitaba ayuda. Y decidí ayudar y fue un honor y un placer".
"Cada diez minutos corro al refugio antibombas"
Él también apostó por el Real Murcia. Se gastó 300 euros en comprar su paquete de títulos. Es uno de los accionistas de rango internacional de mayor peso. Se llama Vitaly Myroshnychenko, y vive en la ciudad natal de Volodímir Zelenski, en el sur del país: Kryvyi Rih. Y en su biografía, ya sabe de conflictos que dejaron muertes y dolor. En la Segunda Guerra Mundial fue ocupada por Hitler durante tres largos años. Ubicada a poco más de 400 kilómetros de Kiev, pujante gracias a sus fábricas siderúrgicas, ahora asiste atónita a una guerra que nadie es capaz de entender. "Cada diez minutos se enciende la alarma del aire, y debo correr al refugio antibombas. Estamos pendientes del avance ruso desde el sur del país, desde Crimea. Todos nuestros esfuerzos están ahora concentrados en atrancar la ciudad, porque vemos que los combates están ya a nuestro alrededor", explica Vitaly, desde Kryvyi Rih.
Este accionista del Murcia, herido en el corazón como está todo el pueblo ucraniano, hace un discurso inflamado de orgullo patriótico: "Járkov está medio destruido, y Kiev está resistiendo. Pero no duden, nos mantendremos en pie, no caeremos, ganaremos. Nuestro espíritu de lucha nunca se romperá, cada ucraniano luchará hasta el final. Gracias por el apoyo. Ganaremos pronto, y volveremos al trabajo normal. ¡Gloria a Ucrania!"
Ese es el grito lleno de rabia que nos llega hasta aquí, desde Ucrania. El grito que lanzan dos accionistas del Real Murcia que luchan por su país, entre bombas.
Ahí os dejamos el testimonio de Anton Korotkov, con la traducción de Germán Abril, y el trabajo técnico de Javi Rodríguez y Gabriel María Dolores...