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La entrada al mirador

04:49
26 JUN 2020 - 00:00
Alguien hay que se va de vacaciones
Buenas tardes, me voy de vacaciones. 
 
A ustedes oyentes creo que aún no se lo había dicho, pero a mis compañeros y a mi familia los llevo fritos con mi cuenta atrás, porque este año se ha hecho muuuuy largo y a todos nos hacen mucha falta.  O por lo menos, a mí me hacen mucha falta.
 
Así que hoy esta entrada va de vacaciones.  Un concepto nuevo, eso de que podamos dejar de trabajar un mes y nos sigan pagando es algo que hace un siglo era ciencia ficción. El primer gobierno que decretó que los trabajadores tenían derecho a tomarse días libres fue el francés hace 90 años, aunque los bolcheviques y los nazis también daban vacaciones, pero solo a quien se había portado bien. En España tuvimos que esperar hasta los años 60 para tenerlas y en EEUU, en la actualidad, suelen tener 10 días, pero no es obligatorio, así que hay gente que NO tiene vacaciones, nunca. Luego están los autónomos, que ya se sabe que están hechos de una pasta especial y ni se ponen enfermos ni descansan. Son nuestros superhéroes sin capa. 
 
Por supuesto las vacaciones han ido cambiando a lo largo de los siglos. En la Edad Media, no se llamaban vacaciones pero había quien se iba a peregrinar a los lugares santos y con esa excusa hacía algo parecido al turismo. Los ricos ingleses empezaron ya en los siglos XVI y XVII a hacer “viajes de estudio” que duraban años, por aquello de que tenían que ver las obras de arte italianas o francesas. En el siglo XIX empezaron a ser muy populares los balnearios por aquello de la salud y la turberculosis. Era como un resort para ricos, pero siempre tosiendo. Y la playa se puso de moda por lo mismo, porque los baños tenían un efecto curativo. Muchos más listos eran los huertanos que se iban a acampar en plena playa de los Alcázares con sus carros durante 9 días. Supongo que no todos se lo podían permitir, pero hay que reconocer que fueron unos pioneros en esto de vacaciones y playa.  
 
En los años 60 empezaron a llenarse los pueblos costeros en España de guiris rubios y grandes y de coches 600 con españoles bajitos y morenos que se lo podían permitir. Algunos dejaban a sus mujeres cargadas con la prole durante los 3 meses que no tenían colegio y aquellos niños disfrutaron de veranos eternos. 
 
Dicen que este verano nadie va a irse de viaje al extranjero, que las vacaciones soñadas son en una casa grande con piscina propia donde nadie te tosa en la oreja. Se han agotado las autocaravanas, las plazas de camping, las casas en las playas y las casas rurales. 
 
Estoy segura de que las vacaciones y el turismo serán de esas cosas que esta pandemia modifique para siempre, así que las del 2020 las tenemos que disfrutar como nunca. Y que no les dé envidia que me vaya, que en agosto me quedo aquí sola como los fareros, vigilando que nadie se estrelle. 
 
MARTA FERRERO

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