El presidente de la Confederación Mario Urrea asegura que los propietarios de los terrenos eluden de forma habitual asumir el cierre del regadío
ÁNGEL BOLUDA. Murcia
Esta semana la Confederación Hidrográfica del Segura realiza una inspección en el campo de Cartagena para comprobar si los propietarios de unas 1.000 hectáreas de regadío ilegal han cesado su actividad. Esta superficie es la que está vinculada a una decena de expedientes sancionadores que ya han culminado en vía administrativa.
El personal de guardería vinculado a la Comisaría de Aguas de la CHS realizan los trabajos previos a esas inspecciones sobre el terreno, según explica Mario Urrea, presidente de la confederación. Urrea precisa, en cualquier caso, que ese corte no puede ser inmediato. El personal de Confederación abre un expediente de ejecución subsidiaria a los propietarios, se les informa de las implicaciones de no cerrar el suministro ilegal y si no lo acomete, la CHS se encarga de hacerlo trasladando a los gestores de los terrenos el coste.
De las casi 8.000 hectáreas de regadío ilegal detectadas en el Campo de Cartagena, más de 4.000 ya cuentan con expedientes sancionadores, de ellas unas 2.000 en firme. Los propietarios de los terrenos eluden de forma habitual asumir el cierre de los regadíos ilegales de manera voluntaria, según asegura Mario Urrea.