Marian Climent, una de las madres afectadas, asegura que algunos padres están optando por no llevar a sus hijos a clase
REDACCIÓN.
Los padres exigen tener acceso a los informes técnicos que garantizan la seguridad del centro, después de las obras de urgencia realizadas durante las vacaciones para evitar que puedan repetirse derrumbes como el que afectó a principios del mes de marzo al revestimiento de ladrillos de una parte de la fachada.
Aquel incidente se saldó sin daños físicos porque la caída del paño de ladrillos se produjo un domingo. Los informes que se realizaron en su momento explicaron lo ocurrido no sólo en la intensidad del viento, sino también en un fallo en la estructura del edificio que, supuestamente, exigía una intervención más a fondo.
Las obras que se han realizado durante las vacaciones han consistido en retirar algunas partes del revestimiento y en asegurar otras; pero los padres quieren tener acceso a toda la documentación técnica para asegurarse de que no hay riesgo. De momento, algunas familias han optado por no llevar a sus hijos a clase.
Los padres y madres de alumnos aseguran que el problema de fondo es la antiguedad del edificio, que data de los años 70 y tiene goteras, una cubierta de amianto y una preocupante falta de espacio que impide aceptar a todos los niños que desean asistir al centro. A eso se suma que las solicitudes de matrícula se han multiplicado en los últimos años porque el colegio está desarrollando un programa educativo pionero.
El año pasado ya se quedaron fuera más de 20 alumnos, y para el próximo curso la dirección pretende cerrar un porche que les permita implantar una unidad más y evitar que la situación se repita.
