Cruz Roja, Murcia Acoge, la Fundación Cepaim y Accem se ocupan en la Región de 1.177 personas que ostentan o solicitan el estatus de refugiado. Algunos de ellos han contado su historia a los medios de comunicación.
ASR. Murcia.
Cuatro organizaciones de la Región de Murcia trabajan para la integración de 1.177 personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional; poco menos de mil doscientos refugiados.
Las trabas burocráticas, el poco tiempo del que se dispone para procurar una integración efectiva, o las dificultades de acceso a la vivienda son algunos de los problemas más llamativos con los que se encuentran.
Cruz Roja, Murcia Acoge, la Fundación Cepaim y Accem son las asociaciones que se encargan de brindar apoyo a los refugiados en la Región de Murcia y atender en conjunto casi cuatrocientas plazas para personas en estas circunstancias. Ni que decir tiene, que se han ofrecido para acoger, si fuese menester, a personas llegadas en el buque Aquarius, aunque están a la espera de que les respondan.
Entretanto, se ocupan de problemas mucho más inmediatos. El de la exclusión residencial o la demora administrativa son citados de inmediato por Patricia Mompeán, portavoz de Murcia Acoge.
Charo López, trabajadora social, dice que se está logrando la acogida, pero no la integración.
Además de las trabas burocráticas y la dilación en el tiempo, el acceso a la vivienda supone un problema muy concreto para cuya solución piden más compromiso a la administración regional.
En la Región hay ahora mismo 1.177 personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional. Por nacionalidades, el mayor número de refugiados en la Región proceden de Venezuela y predominan los hombres.
Huyen de las pandillas, o por ser activistas políticos, o, simplemente, porque son Testigos de Jehová. Los testimonios de tres refugiados que tratan de abrirse camino en la Región de Murcia dan una idea de la historia vital que hay detrás de cada uno de los expedientes de solicitud de refugio.
Los medios de comunicación de la Región han tenido oportunidad de acceder a algunas de estas historias.
Como la de un hondureño de 26 años que lleva casi año y medio en España a donde llegó huyendo de las pandillas que le habian amenazado directamente de muerte según supo por el mensaje que le transmitió un amigo de la infancia. Nadie quiere abandonar su país, su casa, dice este refugiado
Otro caso; otro país de origen: Guinea Conakry; y otra historia detrás. En este caso, el activismo político supuso una amenaza de muerte de la propia policía del país. Este refugtiado lleva casi ocho meses en Murcia.
Y una tercera historia. Los testigos de Jehová han sido señalados como extremistas en Rusia y esta mujer quiere ser libre en otro país. Lleva desde octubre de 2016 en la Región.
En todos los casos, sus testimonios coinciden en señalar el alivio que ha supuesto llegar a nuestro país; y también tienen como objetivo común integrarse en la sociedad y lograr un trabajo.
