PLAZA PÚBLICA. 'Ha sido inhumano, hemos interpuesto una denuncia para depurar responsabilidades'
REDACCIÓN. Murcia
En la Región de Murcia han fallecido hasta el momento 149 personas por COVID-19. 68 de ellos estaban internos en residencias de mayores. Es el caso de Juana, de 90 años, que moría un 27 de marzo en el centro Caser de la pedanía murciana de San Ángel. Lo hacía, como ha sido la norma durante esta época de pandemia, sola, sin su familia, según relataba su nieta, Mª José Ibáñez, en declaraciones al programa Plaza Pública de Onda Regional.
Juana moría cuando en la Región, aquel 27 de marzo, se comenzaba ya a hablar de la situación delicada que vivían las residencias de ancianos, en especial la de Caser, y cuando las cifras de fallecidos no llegaban a la decena. El día 16 de marzo, el segundo día del estado de alarma, la familia de Juana recibió una llamada de la residencia informándoles de que iban a aislarla porque su compañera podría tener meningitis. El día 24 de marzo les anuncian que había dado positivo pero la dirección no se lo comunica a los empleados, que seguían trabajando sin protección, explica Mª José.
La familia de Juana interpuso una denuncia contra Caser por negligencia. El juzgado que lleva el caso no admitió a trámite la querella presentada contra directivos de Caser, el consejero de Salud, Manuel Villegas, y el director general de Salud Pública, Juan Carlos Vicente.
