El equipo murciano viaja este miércoles a Belgrado para jugar la Final Four de la Champions. Unos 200 aficionados lo acompañarán.
GREGORIO LEÓN
No habían dado las cinco de la tarde cuando el UCAM Murcia CB ha emprendido viaje hacia Madrid, en autobús. Y este miércoles saldrá el avión que lo dejará en Belgrado. Saldrá desde el aeropuerto Adolfo Suárez a las diez y media de la mañana. A la hora de la comida toda la expedición estará en el destino final, no solo geográfico, sino también de expectativas y sueños. El club universitario se quedó a un paso de conquistar en Atenas la Champions. Y ahora, con una plantilla aún mejor, la más cualificada de su historia, va a intentar conquistar un torneo que ha puesto en el mapa mundial a esta entidad que impulsa la Universidad Católica San Antonio.
El Unicaja aparece en el camino, ya en semifinales. El poderoso club malagueño, con un presupuesto de 14 millones de euros, vale más que los otros tres participantes. Esa es una prueba elocuente de su diferencia económica frente a los demás. Pero este UCAM Murcia CB es un equipo desacomplejado, capaz de tutear a cualquiera. Que se le pregunten al Barcelona. Y a otros que se han visto revolcados por los chicos de Sito Alonso.
Doscientos aficionados
A pesar de las dificultades y costo del viaje, un grupo numeroso de hinchas va a acompañar al equipo a Belgrado. Unos 110 en el vuelo chárter preparado por el club (144 seguidores, a la vuelta), y 80 más que han elegido viaje alternativo para acudir a la Final Four. Entre los que acudirán estará Juan Pablo Mendoza, figura esencial para entender el desarrollo y crecimiento social de este club en los últimos meses.
A las cinco de la tarde el equipo acudirá a una sesión oficial de la FIBA. Y poco después, a las siete menos cuarto, hora de entrenar.
El viernes espera el Unicaja de Málaga. Sin miedos. Con toda la ilusión acumulada. Y con la sensación de que el UCAM puede estar a las puertas del capítulo más grandioso de su historia.
