El murciano gana a Medvedev por 6-4 y 6-4, y accede a las semifinales de las ATP Finals, donde se enfrentará a Novak Djokovic (este sábado, no antes de las 21:00 horas, Movistar).
GREGORIO LEÓN
La sonrisa le había huido de la boca. El semblante se le ensombrecía, merodeado por fantasmas y miedos nuevos. Fue acabar la aventura en Nueva York e iniciar una cuesta abajo que parecía no tener fin. Aparecieron las críticas externas. Y las dudas en su mente. Pero Carlos Alcaraz tiene un arma aún más poderosa que la juventud que rebosa, y es la capacidad de aprendizaje. París-Bercy lo enfrentó a todas sus incertidumbres. Pero no ha parado de buscar respuestas a las preguntas que le dejaba su tenis. Hasta que las ha encontrado en Turín. Su victoria ante Daniil Medvedev desprende el aroma de la venganza. El ruso desbarató los sueños del murciano de repetir triunfo en el US Open. Aquel día el moscovita firmó los golpes maestros, buscando líneas y dejando inerme a Alcaraz. Pero este viernes el magisterio lo ha puesto el murciano, que ha dejado asombrados a los miles de espectadores que han llenado el Pala Alpitour. El jugador de El Palmar liberó su mente por completo, espantando sombras que lo habían hecho infeliz los últimos tiempos. Por eso su ¡Vaaamos! final se prolongó varios segundos, repetido y repetido. En él estaban resumidos todos los tormentos superados.
Hasta Albert Molina, de natural contenido, se levantó del asiento. Era el primer punto del sexto juego. Medvedev, con golpes muy angulados, le buscaba las cosquillas a Carlitos. Cualquier otro tenista no habría llegado. Pero es que Carlitos es mucho Carlitos. Carlitos no es cualquiera. Y devolvió bolas inverosímiles. Y el punto caía de su lado. Y el juego, gracias a un resto impecable que dejó atónito al ruso. El murciano se divertía, cultivando las dejadas, las contradejadas... y reaccionando con winners a las acometidas del enemigo, que no encontraba el hueco para superarlo.
Corrió el segundo capítulo. Con un alto porcentajes de primeros, los dos tenistas se dejaban poco espacio para el resto. Alcaraz, valiéndose del saque-red, acortaba de forma extraordinaria algunos puntos. Se veía con la muñeca caliente, eligiendo siempre los mejores golpes, las mejores decisiones. Sin caer en precipitaciones. Sin dejar ninguna puerta abierta al rival, como le había ocurrido otras veces en este segundo tramo de la temporada. Y fue así como hizo un break para colocarse con 5-4 y saque. Al nivel tenístico superlativo que estaba exhibiendo, todos sabían en el Pala Alpitour que la victoria no se le podía escapar. El murciano accede a las semifinales de la Copa de los Maestros, exhibiendo todo el poderío que le hizo número 1 del mundo. Ahora le espera Djokovic (sábado, no antes de las 21:00 horas) . Aquel partido que no se vio en Nueva York, y que será posible en Turín.
Un español en semifinales, después de 17 años
Hay que rebobinar mucho la cinta para encontrar la última presencia de un tenista español en semifinales de la Copa de los Maestros. Fue en 2006, con Rafa Nadal, en Shanghái.
Alcaraz se convierte en el séptimo tenista español que accede a semifinales, ingresando en una lista ilustre llena de leyendas: Manolo Orantes, Álex Corretja, Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero, Rafa Nadal y David Ferrer.