El cordobés y el presidente de la entidad mantendrán una reunión con los capitanes, buscando un acuerdo sobre las primas en caso de ascenso.
GREGORIO LEÓN
Felipe Moreno vio el partido del domingo en su teléfono móvil, ya en Ghana, a donde lo han llevado sus compromisos profesionales. Apenas podía sujetar los nervios. Para él esta cita era de importancia crucial. Un partido de seis puntos, ha insistido. El cordobés ha alucinado con las imágenes que le iban llegando del aspecto del estadio Nueva Condomina-Enrique Roca. No quiere asientos vacíos, y pocos no fueron ocupados en el primer partido después del pacto con Agustín Ramos que ha inflamado al murcianismo, desbordando ilusiones y expectativas. El resultado final de 1-1 lo dejó desencantado, como a cualquier hincha, pero no desiste en su empeño de que el equipo dé el salto este año al fútbol profesional. Y va a utilizar todas las herramientas posibles. Una de ellas, consensuada con Ramos y Antonio Pedreño, es primar a los jugadores, para que perciban una compensación económica en caso de ascenso a Segunda División.
Esta semana se celebrará la junta de accionistas del Real Murcia. A partir del miércoles, a través de la ampliación de capital de hasta ocho millones de euros, Felipe Moreno entrará con toda su potencia en el accionariado de la entidad, y por tanto, ya con plenos poderes para tomar decisiones, en colaboración con Agustín Ramos, que quedará como segundo máximo accionista. Y para la próxima semana, el exdueño del Leganés espera tener un encuentro con los capitanes del equipo, a fin de abordar, entre otras cuestiones, los estímulos económicos a que tengan derecho los jugadores si es alcanzado el objetivo con el que sueñan los aficionados: el ascenso a LFP.
Felipe Moreno quiere que Agustín Ramos tenga todo el protagonismo que le corresponde. Es el presidente y figura capital para entender el Murcia al que él llega, y va a respetar esa posición preeminente que se ha ganado el abaranero. Será él quien aparezca públicamente, atendiendo a los medios de comunicación, mientras que Moreno, saturado de una exposición mediática a la que se ha visto obligado, quedará en un segundo plano, consagrando todos sus esfuerzos en planificar la próxima temporada, absorber cuanto antes la deuda con las Administraciones Públicas y sacar adelante todos los puntos de su plan.