El equipo albinegro logró la segunda victoria consecutiva en el Cartagonova, donde apenas se concentraron mil espectadores.
GREGORIO LEÓN
Las fotografías de pasados partidos se repitieron. Tibia protesta en el exterior del Cartagonova, con apenas cien espectadores pidiendo la salida de Francisco Belmonte, y victoria del Cartagena, sin efectos clasificatorios, pero sí en términos de dignidad. Es lo único que puede ahora perseguir un equipo condenado: descender con decoro. Y esa imagen proyectó en un Cartagonova casi desértico. Un golazo de Álex Millán le proporcionó la segunda victoria consecutiva en su estadio.
El camino se le allanó al equipo de Fernández Romo a los veinte minutos, por la tarjeta roja rigurosa que el árbitro le mostró a Landazuri. Y a partir de ahí se acumularon las ocasiones. Álex Millán, Óscar Clemente y Machín avisaron, y fue Millán el que conectó un cabezazo inapelable para hacer el 1-0.
Tras el descanso, el Tenerife se adueñó de la situación, aun estando con un futbolista menos. Y Sergio González tuvo el empate en la última jugada del partido.
