El presidente del Cartagena rechaza el alquiler con opción a compra, planteada por un grupo de empresarios que lidera Isidoro García. El club no tiene comprador.
GREGORIO LEÓN
Francisco Belmonte va a seguir en la ecuación. El presidente del Cartagena no se plantea dar un paso a un lado y mucho menos abandonar su cargo de presidente de la entidad albinegra. A pesar del ruido que hay alrededor de su figura y de la contestación a su gestión, Belmonte continúa. Con más o menos fuerza, pero con firmeza, sin titubeos. Duino Inversiones, con el ochenta y cinco por ciento del club en manos de Fernando Carreño, está buscando una salida al laberinto, pero la solución no va a llegar con la dimisión de sus responsabilidades del presidente actual. Belmonte no quiere que el club en el que ha trabajado durante la última década quede en manos inapropiadas, y por eso está haciendo una labor de filtro y escrutinio minucioso de todas las opciones que se colocan encima de la mesa.
A día de hoy, el Cartagena no tiene comprador. Todos los grupos inversores que se han acercado al club se han ido cayendo, uno detrás de otro. El último, un fondo de capital mexicano, que llegó a pactar una cifra de cinco millones de euros que se elevaría por el cumplimiento de una segunda condición. Y ante esta evidencia, Belmonte tiene claro que debe seguir al frente de la entidad. El dirigente albinegro nunca ha contemplado otra solución que la venta, a tal punto de ofrecerle a Gregorio García, de La Hita, su parte porcentual en Duino. Y es renuente al alquiler con opción a compra, fórmula que propone un grupo de empresarios liderado por Isidoro García, quien fue presidente de la Fundación del Cartagena. Cuatro inversores locales de acreditada solvencia forman el núcleo principal de este grupo, al que se pueden adherir otros hombres de fuerza económica, conocidos en el campo de Cartagena. Este grupo asumiría tareas de gestión. Pero Belmonte no apuesta por esa solución. Para gestionar, gestiona él, con los ingresos que perciba el Cartagena por la ayuda del descenso de categoría y las cantidades que lleguen a través de la campaña de abonos. La relación de Francisco Belmonte e Isidoro García, que fue muy cercana, es hoy inexistente. También eso opera negativamente para que pudiera salir adelante el alquiler del club. Sin comprador real (más allá de meras aproximaciones, tentativas y elucubraciones) y vetada la fórmula del alquiler a Isidoro García y su grupo, el problema es a estas alturas de año, casi acabado el curso, irresoluble.
El autobús de ElPozo
Una de las imágenes que corrieron por los teléfonos móviles este domingo fue la del autobús de ElPozo, usado por el Cartagena para su desplazamiento a El Molinón. Chocó a muchos aficionados. La versión del club es contundente y razonable: el bus que usa el equipo sufrió un accidente a la vuelta del anterior viaje, a la altura de Moixent, con consecuencias que pudieron ser trágicas. Está en reparación, y La Serranica, empresa con la que el Cartagena tiene firmado contrato, le ofreció una alternativa, la única que tenía: brindarle a los jugadores y técnicos del club la posibilidad de utilizar el autobús de ElPozo Murcia, que ese fin de semana jugaba en casa, y por tanto, no debía hacer uso de él. Ya este mismo autobús fue usado esta temporada por el Odilo CB Cartagena (en el viaje a Sevilla para jugar los dos partidos primeros del 'play off' de ascenso, sin ir más lejos) y por el filial. Lo curioso es que el autobús que personalizó el Cartagena y que sufrió el accidente era antes el que tenía ElPozo, que lo presentó con toda pompa y la figura de Paula Vázquez.