El tenista murciano gana por 6-3 y 7-6 a Lorenzo Musetti y accede a la final del Masters 1.000 de Roma, donde le espera Jannik Sinner. Será su cuarta en 2025, tras Róterdam, Montecarlo y Barcelona.
GREGORIO LEÓN
Esto va también de gobernar emociones, de que las pulsaciones disparadas no te nublen el pensamiento, de que los nervios no te saboteen. La figura de Lorenzo Musetti, con su temible revés a una mano, aparecía en la Centrale del Foro Itálico agigantada, después de merendarse a Medvedev y Zverev en Roma y de visitar varias finales este año. Con el mejor tenis de su carrera y amparado por el público italiano, no eran pocos los que le otorgaban la etiqueta de favorito, por mucho que enfrente estuviera Carlos Alcaraz. Entraban en colisión dos fuegos. Dos jugadores que comparten un modo de entender este juego, que coinciden en el mismo territorio: el pasional. Y en esa batalla usó más cerebro el murciano, que gestionó mejor el factor viento para ganarse una final, otra final, con el anhelo del planeta tenístico de que sea ante Jannik Sinner.
Alcaraz lanzó mensajes inequívocos desde la primera bola, un resto a la zona del revés de Musetti de imposible respuesta para el italiano. Era una declaración de intenciones, que fue confirmando golpe a golpe, obligando a su antagonista a errores no forzados, uno detrás de otro, que le ensombrecieron el semblante en apenas media hora, el tiempo invertido por Carlitos en hacer dos rupturas y colocarse con un 4-1 muy esperanzador. Y aunque Musetti pareció despertar, solo fue un espejismo. Sin respuesta ante los saques liftados del murciano, desordenado, con gestualidad exagerada, sirvió en bandeja plata el set a Alcaraz, que lo cerró como lo arrancó: al resto. Muy pocos resquicios le ofreció al de Carrara. Juan Carlos Ferrero, siempre alerta, incidió en ese mensaje: "Que tenga que pelear cada bola". El valenciano no quería que el monstruo despertara.
Fue indescifrable la segunda manga en sus primeros juegos, con los dos tenistas rompiéndose una y otra vez el servicio, sin finura, sin fiabilidad. Carlitos se contagió del tenis errático de Musetti y se vio con un 1-2 desfavorable que le obligaba a mejorar sus prestaciones. Lo hizo para empatar a cuatro, ruptura mediante. Los nervios regresaron al italiano, que salvó una bola de partido antes de encaminarse al 'tie-break'. Y ahí, otra vez con los nervios templados, sin estridencias, Carlos Alcaraz se adjudicó la victoria que le coloca en una final donde al otro lado de la red estará Jannik Sinner.
Mejor de Djokovic
Era el partido número 100 de Carlitos en torneos Masters 1.000, y su victoria lo ha elevado al segundo puesto en el ranking de mejor porcentaje de triunfos (77-23), igualando al sueco Stefan Edberg y sólo superado por Rafael Nadal (83-17). Tanto Novak Djokovic (73-27) como Roger Federer (65-35) se quedan por detrás del murciano. También Jannik Sinner (74-26).
Veintinueve victorias en 2025
Alcaraz, que es el jugador con más partidos ganados en 2025 con un total de 29, luce un récord de 14-1 en tierra batida (ha perdido su único duelo en la final de Barcelona, ante Holger Rune). Ya tiene más finales ATP Tour que nadie en 2025 (cuatro en total).
Alcaraz: "Hoy no iba de jugar brillante"
"Hoy fue un día difícil con las condiciones, el viento lo hacía complicado. Teníamos que dar lo mejor con estas condiciones, hoy no iba de jugar brillante, sino un tenis inteligente. Había que ser sólido, intentar ir a por el punto cuando se pudiese, esperando las oportunidades para ser agresivo, y creo que lo hice. Fui fuerte mentalmente cuando las cosas no me salían, y aproveché la mayoría de oportunidades. Muy feliz con todo. Hoy el público estaba con Lorenzo, así que no fue fácil. Pero fue genial, la atmósfera estuvo muy bien con la gente apoyándole, yo agradezco que hayan sido respetuosos. Había momentos en los que le animaban a él, pero con respeto. Veremos con quién juego la final, los dos están jugando muy bien. Todos vimos el partido de Jannik contra Ruud, ese es su nivel. Estaré listo para cualquier batalla, será un domingo interesante".