El tenista murciano empieza este martes (no antes de las siete de la tarde) el Masters 1.000 de París-Bercy, ante el chileno Nicolás Jarry.
GREGORIO LEÓN
París ha marcado el año de Carlos Alcaraz. Fue en esa ciudad en la que consiguió reinar en su arcilla sagrada, la que tantas veces vio reinar a Rafa Nadal. En 2024 le tocó al murciano, que volvió a la Philippe-Chatrier para vivir otro episodio que acabó en lágrimas. Una plata cuando quería el oro. Pero Djokovic y el destino tenían otros planes. Y ahora regresa a la capital de Francia, para disputar París-Bercy, un torneo que concede 1.000 puntos ATP.
El murciano empieza concurso este martes, ante el chileno Nicolás Jarry. El año pasado cayó en segunda ronda ante el ruso Roman Safiullin. "No he hecho un buen tenis aquí, llegaba ya cansado y no entendía que la temporada no se acababa en septiembre. Ahora lo afronto de otra manera", ha comentado Alcaraz. "Ahora me siento diferente, sé lo que tengo que hacer. Creo que tengo todo lo necesario para llegar más lejos que el año pasado, que no es difícil. He tenido que comprender que la temporada no se había terminado, que tras Basilea quedaba otro torneo importante. He estado un tiempo en casa, pero sabiendo que tenía que volver a competir, que restaban torneos importantes".
Y París, siempre en su mente: "Le tengo mucho cariño a París, por lo que he vivido este año, pero también los anteriores. Tengo ganas de empezar, de ver cómo va y de desplegar un buen tenis para llegar a las rondas finales. Me siento bien, con confianza", ha confesado el tenista de El Palmar, que ha entrenado en la pista central junto a Daniil Medvedev.
