El tenista murciano se defiende las críticas, a unas horas de debutar en el Trofeo Conde de Godó. Este martes (16 horas) se enfrenta al estadounidense Ethan Quinn.
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz, con respiración afanosa, recuperando aliento, lo dijo en sus primeras palabras nada más ganar el Masters 1.000 de Montecarlo. Había pasado un mes difícil. Aunque el tenista murciano intenta blindarse ante las críticas a las que es imposible que se escape una figura planetaria como él, al final le pueden alcanzar. Y en su comparecencia pública ya en Barcelona, ante su inminente estreno en el Trofeo Conde de Godó, se ha mostrado reivindicativo, defendiendo su derecho a equivocarse, a perder: "Hay exigencias. Y hay que resultados que se han quedado cortos para alguna gente y también para mí. Llevo ya tiempo y he aprendido a darle importancia a lo que en verdad lo es. Cada derrota es un aprendizaje. Es gratis hablar para alguna gente".
El tenista murciano ha hecho una confesión muy interesante. No estaba en sus planes alzarse con el triunfo en Montecarlo: "Quería coger ritmo y horas de tierra. Pero es verdad que ganar siempre ayuda y la confianza aumenta".
No se ve como el mejor tenista en tierra batida, a pesar de que sus números son muy elocuentes.
Alcaraz jugará este martes ante Ethan Quinn, que comparte edad con Carlitos (21 años), pero su carrera no ha sido tan exitosa. El estadounidense es el número 123 del mundo El partido comenzará a las cuatro de la tarde.
