Los dos mejores tenistas del momento se enfrentan este domingo (15 horas, Movistar) en la final del Masters 1.000 de Roma.
GREGORIO LEÓN
La noche ya se había abalanzado sobre la ciudad. Solo quedaban encendidas las luces insomnes de los rascacielos de Manhattan, recortados al fondo, y las que iluminaban la pista central Arthur Ashe, en el barrio de Flushing Meadwos. Allí, ya entrada la madrugada, dos tenistas libraban una batalla que parecía eterna. Jannik Sinner lo tuvo en su mano, cuando se escapó en el marcador con un 2-1 que le colocaba al borde de las semifinales. Pero enfrente estaba un murciano irreductible, un chico de El Palmar llamado Carlos Alcaraz. Y Carlitos protagonizó una de esas remontadas que le han dado una cualidad casi inmortal. 7-5 y 6-3 y a la siguiente ronda. El desenlace es conocido: hizo cumbre en el US Open, ganando su primer Grand Slam y escalando al número 1 del ranking mundial, siendo el más joven en hacerlo. Aquel litigio de cinco horas y quince minutos ha tenido réplicas de alta intensidad. La última, las semifinales de Roland Garros del año pasado, otra vez con reacción de Alcaraz. Y de ahí, a coronarse en la Philippe-Chatrier. Otro Grand Slam para él. Y este domingo llega el capítulo número once. Hasta el momento, el balance es favorable para Carlitos, con seis victorias frente a las cuatro del italiano. Las tres últimas (Beijing, Roland Garros e Indian Wells) son para el discípulo de Juan Carlos Ferrero.
Carlos Alcaraz ha mostrado gran fortaleza mental y física en el Masters 1.000 de Roma. Fue así como le cerró todos los resquicios a Jack Draper y a Lorenzo Musetti, que amenazaban con expulsarlo del torneo. Sinner fue una apisonadora ante Casper Ruud, pero ante Tommy Paul se comió un inesperado 6-1, para luego enderezar el rumbo. Tendrá de su lado al público de la Centrale del Foro Itálico.
El jugador murciano aspira a completar la colección de Masters 1.000 en arcilla, después de conquistar el Mutua Madrid Open y el torneo de Montecarlo.