El tenista murciano abre el Masters 1.000 de Montecarlo este miércoles, ante Francisco Cerúndolo. Será la primera vez que se crucen en tierra batida.
GREGORIO LEÓN
La gira americana, que siempre inyectaba energía y felicidad a Carlos Alcaraz, lo dejó desabastecido de combustible. Las cosas no rodaron bien en Indian Wells y mucho menos en Miami, y el tenista murciano adoptó la decisión más inteligente. Saturado como estaba, se perdió en las aguas del Caribe con su familia, disfrutando de los paisajes paradisiacos de Cancún. Una buena forma de recargar hasta el cien por cien la batería. Y así llega a Montecarlo, torneo en el que vivió una experiencia episódica en 2023, eliminado por Sebastian Korda. Ahora aparece como oportunidad de redención. Muy lejos Jannik Sinner, que volverá en Roma, tiene a tiro a Zverev para recuperar el segundo puesto del ranking ATP. Separados por 925 puntos, para desbancar al alemán debe ganar este trofeo y que Zverev se quede varado antes de llegar a los cuartos de final.
El primer obstáculo se llama Francisco Cerúndolo. El argentino ha sido víctima de Carlitos dos veces, la última muy reciente, en Indian Wells (6-3 y 7-6). El año pasado el resultado fue el mismo en Queen's (6-1 y 7-5). Los precedentes otorgan la condición de favorito al murciano, sometido estos días a un severo escrutinio, con análisis interpretativos de por qué su rendimiento ha descendido. Los comentarios sin variados, y algunos parecen extravagantes, pero igual tienen una carga de razón. Andy Roddick ha llegado a ofrecer la solución de que se aburra más: "En el momento en el que sea capaz de estar cómodo jugando intercambios de diez o doce golpes, sabiendo que el rival no tiene a dónde ir, porque es muy rápido y genera velocidad desde cualquier sitio… Ahí, probablemente todo sea demasiado aburrido para él. Creo que necesita aburrirse en algunos momento".
Carlos Alcaraz concentrará todas sus fuerzas para recuperar crédito y posiciones en el polvo de arcilla, donde ha reinado. Ahí está su Roland Garros 2024, que no es cualquier cosa. Después de Montecarlo le esperan Barcelona, Madrid y Roma.