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Fran Fernández y Asier Goiria, por fin

Felipe Moreno quiso fichar ya el verano pasado al entrenador y al director deportivo. Los ascensos del Alcorcón y del Amorebieta aplazaron un año su llegada a Murcia.

GREGORIO LEÓN
15 JUL 2024 - 21:00
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Fran Fernández, junto a Asier Goiria, el día de la presentación del entrenador. Foto: GL

GREGORIO LEÓN

Han llegado con un año de retraso. Felipe Moreno llevaba apenas unos meses, desde que se produjo el cambio de guardia y Agustín Ramos le cedió el club. Su primera obligación era atacar frontalmente la deuda ingobernable que soportaba el club, ahogado por embargos y requerimientos. Pero la segunda aparecía inmediatamente: que el Murcia regresara al fútbol profesional. Y después de reuniones y deliberaciones, dos nombres estaban en su cabeza: Fran Fernández y Asier Goiria. A uno lo quería para el banquillo; al otro, para la dirección deportiva. 

Toché le habló muy bien de Goiria, que llevaba un trabajo fecundo en el Amorebieta. Acababa de depositar al equipo de Urrtitxe en Segunda División. Un empate en Lezama ante el filial del Athletic de Bilbao le otorgó el primer puesto, y de esta forma, el ascenso era automático. El Murcia ya quiso en ese momento traerse a Asier, pero la respuesta de este fue clara. No podía dejar tirado al presidente Joan Larrea, tenía que cumplir su compromiso con él. Cuestión de lealtad. Felipe Moreno lo entendió y a partir de ahí se vio obligado a buscar una opción alternativa. Y en ese momento surgió el nombre de Javier Recio, un profesional con un extraordinario currículo, y con dos ascensos en Mallorca. Además, sus operaciones de compra-venta le habían reportado al club de Son Moix unos ingresos muy elevados. Luego pasó lo que pasó. El Murcia no acabó entrando en 'play off' y se rompió el vínculo con Recio.   

En el caso de Fran Fernández otro ascenso frustró su fichaje por el Real Murcia. El Alcorcón saltó a la Segunda División. Recio ya lo había sondeado. Era el técnico elegido. Pero con el equipo de Santo Domingo en el fútbol profesional la opción se cayó. El director deportivo murcianista propuso el nombre de José Juan Romero, que no fue visto con buenos ojos en la zona noble de Nueva Condomina. El tiempo fue pasando y la solución fue Gustavo Munúa, con el desenlace ya conocido. Sin capacidad empática, con el vestuario desalineado con él, el club no tuvo más remedio que despedirlo.     

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