"Se han producido avances sensibles", se subraya desde el Ayuntamiento de Murcia. Felipe Moreno quiere tener cuanto antes los dos primeros campos de entrenamiento.
GREGORIO LEÓN
La concesión administrativa para el uso por parte del Real Murcia de la Ciudad Deportiva está muy adelantada. La frase es contundente, y emana del Ayuntamiento de la capital, que recibió la semana pasada la documentación que había requerido al club que preside Felipe Moreno. El cordobés, una vez saldada la deuda pública, tiene dos obsesiones en su cabeza: transportar al equipo al fútbol profesional, restituyendo el orden quebrado tras el descenso decretado por Tebas en 2014 y erigir la Ciudad Deportiva, que acabaría con la trashumancia de los jugadores, de un campo a otro, haciendo kilómetros y kilómetros.
Este paso de orden administrativo es fundamental. El Murcia ha solicitado tener la concesión por un tiempo de 75 años, que ahora está valorando por el Ayuntamiento. Y de forma paralela, los técnicos urbanísticos trabajan para aprobar el plan especial de infraestructuras que permitirá el desarrollo del proyecto global, imprescindible dado que va a ejecutarse en unos terrenos que superan los 100.000 metros cuadrados, y que debe modificar su uso actual, adecuándolo a su destino final, instalaciones deportivas. Y deben quedar convenientemente explicitados apartados como servicios, canalizaciones... La aprobación de este plan no es requisito previo a la concesión. Puede producirse después. Los avances han sido significativos durante las últimas semanas, según se asegura desde los despachos de La Glorieta, que subrayan la plena sintonía con el Real Murcia. Pero el proyecto es de tal magnitud que afecta a varias áreas: urbanismo, patrimonio y deportes.
El club que preside Felipe Moreno celebró una reunión la semana pasada, en la que además de la documentación requerida, presentó varias peticiones que están siendo analizadas por el Consistorio. El convenio de uso de la Ciudad Deportiva tendrá obligaciones y derechos, con contrapartidas que deberá cumplir el Real Murcia. Y en ello están las dos partes, afinando y negociando cláusulas del citado acuerdo final.
El Ayuntamiento no quiere dar ningún paso en falso. Va a ser escrupuloso en el cumplimiento de todos los requisitos. Y la tramitación burocrática de la Ciudad Deportiva es intrincada. De ahí que, pese a la voluntad de las dos partes, los avances son visibles, pero llevan menos velocidad de la que querría Felipe Moreno, quien empieza ya a asumir que en septiembre no podrá disponer de los dos campos iniciales en los que ya podría entrenar el primer equipo para el curso 2025/26. Su idea era comenzar cuanto antes el movimiento de tierras, pero el plan inicial se retrasará unos meses.