Las mil vidas de Carlos Alcaraz

GREGORIO LEÓN

A un desencanto, una nueva ilusión. A todos se nos partiò el corazón cuando vimos el gesto contrariado de Rafa Nadal, la mirada perdida, los ojos de un náufrago al que ni siquiera pudo rescatar Carlos Alcaraz en el duelo de dobles. Una triste despedida olímpica para un mito. No fue un buen día para el murciano, herido por ver a su ídolo caer, pero también por su insuficiente contribución para evitarlo. Y el murciano salió enrabietado para sacar adelante su partido del cuadro individual. Sabía lo que tenía al otro lado de la red, Tommy Paul. Hay enemigos que te confunden. Villanos que se esconden bajo el disfraz de la bonhomía, del candor. El tenista de Nueva Jersey no es así. Dispara, dispara y dispara. Con fuego a discreción ya le había ganado dos veces, las dos en el mismo escenario, Canadá. Después de atrapar el primer set, estuvo acorralado el murciano en el segundo, 4-1 abajo. Pero su instinto de supervivencia le ha llevado a las semifinales de los Juegos. El metal de la medalla está cada vez más cerca. 

Tommy Paul enseñó los dientes muy pronto. Tras el otorgarle el servicio inicial a Carlitos, dispuso de hasta dos opciones de ruptura en el primer juego. Por si había alguna duda, el murciano tomó conciencia total de los peligros que encerraba su rival. Recondujo la situación, y fue conservando su turno de servicio, cada vez más agresivo al resto, para perpetrar su primera fechoría cuando le enseñó el flanco débil el estadounidense. Break y a seguir en la pelea. La bola le obedecía, viajando a es ángulo imposible, cayendo sin vida en la tierra después de una dejada maestra. Y se permitió el primer gesto de complicidad con el público, con un restazo de revés paralelo. El set era suyo.

El estadounidense ya había dado muestras suficientes en la primera manga de su calidad. Y la confirmó en la siguiente. Le rompió el servicio a Alcaraz en el segundo juego. Subía con audacia a la red, con una elasticidad y rapidez más propias del murciano. Tenis dinámico, difícil de atacar. Lo intentó Carlitos con algún golpe mágico que volvió a encender la Philippe Chatrier. Pero la delantera era del oponente, que llegó a disfrutar de una ventaja de 4-1, que podría ser casi definitiva si el rival no se llamara Carlos Alcaraz. Y la joya de Murcia, con paciencia, conectando winners, con más confianza en el resto, fue agarrándose a las paredes. Otro se habría despeñado por el acantilado. A fin de cuentas, todo era remediable en un tercer set. Pero Charly se pegó a las paredes, como una salamandra, y fue escalando, centímetro a centímetro. Y condujo el pleito al 'tie-break'. Malgastó la primera bola de partido. Pero no la siguiente. Las mil vidas de Carlos Alcaraz.

El partido de semifinales entre Alcaraz y el canadiense Auger-Aliassime será este viernes a las 13:30h y te lo contaremos en directo en un especial de EN JUEGO.