El tenista murciano juega este domingo (15 horas, Eurosport) la final de Roland Garros, ante Alexander Zverev. Alcaraz aspira a su tercer Grand Slam.
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz quiere reinar en las tres superficies. Coronado en el cemento de Nueva York y en la hierba sagrada de Wimbledon, el tenista murciano, para el que no hay límites ni imposibles, va a intentar ese domingo proclamarse rey de la arcilla en la legendaria pista de París, la Philippe Chatrier, donde tantas veces levitó de felicidad Rafa Nadal. Toda nuestra vida se ha visto asociada a un domingo de junio, ese en el que solo había un canal de televisión, aquel que daba el partido de Nadal. Ahora que está en el crepúsculo de su carrera, luchando en vano contra los efectos del tiempo y la edad, alguien ha recogido su herencia. Es de El Palmar y solo tiene veintiún años.
El comienzo del año no ofreció señales esperanzadoras. Eliminado en el primer major del curso, en Australia, y perseguido por una lesión pertinaz en el músculo pronador del antebrazo derecho, parecía que Carlos Alcaraz no tenía en su mano las mejores cartas para plantarse en la final de Roland Garros. Pero el físico le ha respondido, incluso con la fórmula secreta del jugo de pepinillo para atacar los calambres del desgaste. El murciano aprende rápido. Y la derrota en semifinales ante Djokovic del año pasado le ha servido ahora para enderezar el rumbo cuando parecía extraviado ante Sinner. Se irguió y tumbó al italiano, con una aleación de talento, sapiencia y madurez.
Este domingo aparece en el camino Alexander Zverev, que tiene un saldo favorable 5-4 en el historial de enfrentamientos. El head to head, por usar la terminología inglesa tan de uso en el tenis, depara un número mayor de victorias del alemán, que empezó ganándole en Acapulco y Viena allá por 2021, que es cuando se inicia este largo litigio. Carlos Alcaraz ya le ganó una final, la del Mutua Madrid Open, en 2023. Y el último antecedente es en Indian Wells, también con sonrisa para el murciano. Pero en la única cita que han tenido en París, Sasha se llevó el partido: en 2022.
Aunque haya invertido tres horas más para alcanzar la final, Zverev es un rival temible, más que Casper Ruud. Pero el juego primoroso que está ofreciendo Carlos Alcaraz, remitiendo a otros momentos de felicidad, colocan al joven tenista de El Palmar en inmemorable disposición de ganar en París, asumiendo plenamente el legado de Rafa Nadal. Este domingo todos los ojos convergerán en él.
La retransmisión del encuentro podrán seguirla en un especial de EN JUEGO en ONDA REGIONAL desde las 15:00h