El Murcia puede cerrar esta semana un acuerdo singular con Hacienda. Varios acreedores se plantearon instar el concurso necesario, que habría dejado al club en manos de un administrador concursal.
GREGORIO LEÓN
Parecía que era posible un gobierno de coalición. Pero de los almuerzos y los piropos se pasó a los sables. Y después de declaraciones y comunicados cruzados, en un ejercicio de responsabilidad, ambos decidieron pactar. Agustín Ramos se echó a un lado y le dio las llaves del club a Felipe Moreno, descartando a un grupo inversor de capital americano que estaba dispuesto a desembarcar con quince millones de euros. Los mismos inversionistas que han arribado en el Burgos. Ha pasado un año en el que los abogados no han parado de trabajar mientras los futbolistas daban ilusiones para robarlas en el siguiente partido.
Este miércoles el presidente del Real Murcia hará balance de sus primeros doce meses al gobierno del club. Se había especulado con celebrarla en un hotel, pero se ha inclinado por el emplazamiento canónico, la sala de prensa del estadio Nueva Condomina, a fin de darle mayor formalidad y carácter solemne. Y no lo hará solo. A su lado aparecerá el consejero Juanjo Fernández, y también los dos juristas que colaboran activamente con él: Higinio Pérez y Andrés López.
Felipe Moreno va a informar de los avances sensibles que se han producido, tras la celebración de varias reuniones con la Agencia Tributaria, dispuesta a otorgar al Murcia un acuerdo singular que le permita acabar en un plazo máximo de tres años con toda la deuda pública acumulada. Esta misma semana, según fuentes jurídicas de la entidad, podría haber novedades muy positivas en tal dirección. Andrés López ha hecho una gestión impecable. Ya concertó pactos con la Seguridad Social, previos a la liquidación completa de la deuda con la Tesorería, y ha transitado el mismo camino ahora.
El plan de reestructuración, objeto de debate
Atacada la deuda pública, el gran problema que atenaza al Real Murcia es su pasivo de naturaleza privada, cifrado en diez millones de euros. Una novedad legislativa de septiembre de 2022 le ha abierto un resquicio legal para enfrentarla, reduciéndola en apenas medio millón de euros si saca adelante un plan de reestructuración presentado formalmente en el Juzgado de lo Mercantil. Y aquí ha habido novedades recientes. El Murcia eligió la fórmula de presentación del plan con la solicitud de homologación con fase de contradicción previa, contemplado en el articulo 662 de la Ley concursal. "En la solicitud de homologación, el solicitante podrá requerir que, con carácter previo a la homologación del plan de reestructuración, las partes afectadas puedan oponerse a esta".
El plan ha recibido el voto a favor de Felipe Moreno, pero ha encontrado la oposición de otros acreedores, según aseguran a Onda Regional fuentes directas de tales acreedores. Y el club, según las mismas fuentes, se ha visto obligado a desistir de tal procedimiento de contradicción previa, yendo directamente a la petición de homologación judicial, que debiera aceptar la magistrada titular del Juzgado de lo Mercantil. Esto no supondría automáticamente la aprobación del plan, dado que a partir de ese momento se abriría un periodo de impugnaciones. Enrique Roca y Julián Luna, con sus derechos claramente afectados, estarían en la primera línea de oposición. Agustín Ramos, por el contrario, prefiere estar en un segundo plano, menos beligerante. Desde el club se prevé que el auto de homologación judicial del plan sea dictado este martes.
Riesgo de que Felipe Moreno perdiera el control
El Murcia cerró el 21 de septiembre su concurso de acreedores. Ante el plan de reestructuración que preparaba, solicitó al Juzgado de lo Mercantil una prórroga que lo cubriera. Fue denegada por medio de auto judicial, y desde el 23 de diciembre el Murcia quedó expuesto a que cualquier acreedor instara el concurso necesario, de tal manera que el club quedara en manos de un administrador concursal.
Durante las últimas semanas, sin ese paraguas protector que resguardara a la entidad, ha habido movimientos de diferentes acreedores, dispuestos a instar el concurso necesario, al entender que sus derechos se veían menoscabados. Esto podría haber llegado a quitarle el volante de las manos a Felipe Moreno, pero varias reuniones y la mediación de algunos actores han evitado tal situación, que habría dejado al Real Murcia en un contexto mercantil muy diferente al actual.