El club aún no ha firmado contrato de compra-venta con nadie, ni ha recibido cantidad alguna, a pesar del interés manifestado por varios empresarios y grupos inversores.
GREGORIO LEÓN
La venta del Cartagena aún va a llevar su tiempo. Los negociadores de esta operación de compra-venta han llegado a esa conclusión, después de ver sucederse los meses sin que nadie haya dado el paso final de firmar el contrato correspondiente y el abono de la cantidad fijada. La última llamada que ha recibido el club albinegro es de un empresario indio, vivamente interesado en hacerse con el Cartagena. Ha habido conversaciones durante los últimos días. Pero es una operación incipiente, germinal, que apenas está dando sus primeros pasos. También ha aparecido un fondo de inversión de Inglaterra, pero, igual que en caso del empresario indio, no ha habido avances sustanciales que lleven a pensar que la operación pueda concretarse en cuestión de días. No.
Un tercer interesado es un empresario, del que se lleva especulando durante esta semana, conectándolo con Javier Recio. ¿Alicantino? ¿Valenciano? Las conjeturas se han disparado, abriendo paso a la mera ficción. El exdirector deportivo del Murcia guarda silencio. Y el Cartagena, lejos de colocar a esta opción en un plano prioritario, la alinea junto a las demás. Interés, contactos y llamadas, sin que las conversaciones hayan todavía desembocado en el pago de una cantidad económica que permita hablar de venta. Pero continúan las conversaciones.
La única posibilidad manejada por el Cartagena estos últimos meses y que se acercó más fue un fondo extranjero, con capital en tres países: Estados Unidos, Canadá y Francia. El club albinegro, según aseguran a Onda Regional fuentes directísimas de la operación, llegó a guardarle una reserva, con una fecha límite: 9 de agosto. Hasta ese día tuvo el fondo para firmar el contrato de opción de compra, sin que apareciera nadie por la Región de Murcia para proceder a cumplimentar ese requisito imprescindible. Y eso que la candidatura del fondo era alentadora. Uno de sus miembros se presentaba como exdirectivo del PSG. Ni siquiera este grupo, a día de hoy, ha desistido de la compra.
En el club tienen muy claro que deben andar con mucho tiento, observando mil cautelas y sin incurrir en precipitaciones. En juego está el futuro del Cartagena y su viabilidad futura. El presidente Francisco Belmonte y su equipo de trabajo quieren suficientes garantías para que la entidad sea sostenible en el tiempo. Que quede en buenas manos. Esa meticulosidad en aras de darle un futuro estable al club también está dilatando este proceso. El Cartagena está en venta. Y acabará vendiéndose. Pero la fecha y si Belmonte seguirá o no dentro del nuevo proyecto son preguntas de imposible respuesta en este momento.
