El tenista murciano derrota a Francisco Cerúndolo (3-6, 6-0 y 6-1) en Montecarlo y se presenta en la tercera ronda. El alemán Altmaier, su próximo rival, este jueves.
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz ha estado en boca de todos. Los análisis sobre sus últimos resultados decepcionantes se han multiplicado. Él, vindicativo, se preguntaba por qué parecía que sobrevenía el apocalipsis con cada traspié, como si la derrota no fuera algo consustancial al deporte. Como si un jugador solo tuviera derecho a ganar. Pero, más allá de ganar o perder, Carlitos quería recuperar sensaciones, sentirse a gusto en la pista, algo que no había ocurrido ni en Miami ni en Indian Wells. Y en su reencuentro con el polvo de ladrillo, disfrutó. El segundo y tercer sets ante Francisco Cerúndolo fueron un despliegue de talento, con el brillo luminoso de las dejadas. En la tierra batida el jugador de El Palmar es feliz, como demostró el año pasado, donde solo perdió un partido, la final olímpica que le dio el oro a Djokovic.
El primet set no tuvo explicación. O sí, si te paras a pensar un poco. Carlos Alcaraz fue fiel al Carlos Alcaraz de los últimos meses, con un juego discontinuo, alternando golpes maestros con errores en bolas fáciles. Tomando malas decisiones. Haciendo dejadas cuando no tocaba. Sin precisión con su derecha. Por eso un capitulo que tenía encarrilado con el break prematuro (2-1) se le complicó extraordinariamente y acabó perdiéndolo. Cerúndolo vio muchas rendijas abiertas, y firmó cinco juego seguidos. Trece errores no forzados de Carlitos. Demasiados.
Todo dio un giro en el siguiente set. Lo bueno que tiene Carlos Alcaraz es una lectura adecuada de los fallos, y una gran capacidad de reacción a ellos. Por eso se sobrepuso, firmando una manga impecable, en el que solo le dejó hacer trece puntos al argentino.
El tercer capítulo fue también coser y cantar. Perseverando en ese juego artístico, deslizándose con facilidad por la tierra, no le concedió espacio alguno a Cerúndolo, y cerró el partido con uno de sus mejores recursos, la dejada.
Este jueves, ya en octavos de final, se enfrentará al alemán Daniel Altmaier, verdugo de Gasquet, y número 84 del ranking ATP. No hay precedentes de enfrentamientos entre los dos tenistas.