El tenista murciano debuta en el torneo de Queen's este martes, ante Alejandro Davidovich.
GREGORIO LEÓN
El documental A mi manera ha puesto en entredicho algunas de las prácticas de Carlos Alcaraz antes de citar deportivas importantes. El año pasado se escapó a Ibiza y a su vuelta cayó prematuramente en Queen's. Se olvidó pronto que acto seguido llegaba su segundo Wimbledon. Pero el tenista murciano no quiere romper las rutinas saludables que le cargan las pilas, que le hacen regresar a las pistas con la mente limpia. Y ha vuelto a marcharse. Esta vez las voces críticas han quedado silenciadas, tras su exhibición ante Jannik Sinner en la final de Roland Garros. Y este domingo, con el semblante relajado, en un tono relajado, sin evitar una broma cuando venía al caso, Alcaraz ha explicado cómo han ido ahora sus días en Ibiza: "Fueron divertidos, pero este año ha sido más tranquilo que el anterior. El anterior fue más movido. Salí el primer día y los otros dos no salí por la noche. A las doce en cama el martes y el miércoles, aunque sí salí por la tarde. Me estoy haciendo mayor y el cuerpo ya no me da", ha comentado, entre risas. El jugador de El Palmar fue visto el martes en la fiesta de Myke Towers en la discoteca Ushuaïa Ibiza.
"En la vida yo quiero equivocarme"
"Hay situaciones con las que mucha gente no está de acuerdo, pero en la vida yo quiero equivocarme. Me alegra que este año la gente me diga que me vaya a donde quiera, que desconecte, porque el apoyo me viene bien en ciertas situaciones. Vamos aprendiendo cada año y a lo mejor dentro de varios años no me podré ir, pero ahora son momentos de desconexión que vienen bien".