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Carlos Alcaraz honra a Nadal en la Philippe-Chatrier

El tenista murciano firma un gran partido ante Fabián Marozsan (6-1, 4-6, 6-1 y 6-2) y se planta en la tercera ronda de Roland Garros. Su rival, este viernes, será el experimentado Dzumhur

GREGORIO LEÓN
28 MAY 2025 - 14:26
Carlos Alcaraz honra a Nadal en la Philippe-Chatrier
Alcaraz, en una subida a la red. Foto: ATP Tour

GREGORIO LEÓN

La Philippe-Chatrier tiene el código postal donde vive Rafa Nadal. Pero ahí también llegan las cartas a nombre de Carlos Alcaraz. Hace poco menos de un año el mundo vio cómo las lágrimas emborronaban el rostro del joven tenista murciano, incapaz de ver que en la plata que había conseguido ante el titán Djokovic había un metal precioso, y que el enemigo que tenía delante llevaba toda su vida buscándolo. Y en la arcilla de la pista central de Roland Garros Carlitos se siente como en casa. No era cualquiera el tenista que lo esperaba al otro lado de la red. En la memoria quedaba la dolorosa derrota en Roma. en 2023 Y Fabián Marozsan no solo había reducido al murciano. También a Fonseca o Rublev, en tiempos más recientes. Pero Alcaraz apenas lo dejó respirar, llenando los ojos de los aficionados de puntos que solo puede hacer un mago. Ganó por 6-1, 4-6, 6-1 y 6-2). Ya está en tercera ronda, que disputará este viernes ante el experimentado tenista bosnio Damir Dzumhur, que también necesitó cuatros sets para batir a su rival, el joven Mpetshi-Perricard (7-6, 6-3, 4-6 y 6-4).

El primer capítulo tuvo muy pocas páginas. Corrió a toda velocidad, la que le imprimía a la bola Carlos Alcaraz, con golpes secos cuando eran precisos, y otros suaves, perfectos para engañar al rival. En un pispás el set estaba 4-0, después de dos rupturas de servicio del tenista español. Lo intentaba por todos los medios Marozsan, pero sin éxito alguno, viendo cómo aumentaba la colección de winners de Alcaraz, hasta once. Y además, eligiendo lija o seda, según el momento. La sutileza le dio el punto decisivo, en la red, con un toque liviano.      

La trama dio un giro en el segundo set. Un descuido, un error... Fue en el primer juego, al servicio. El oleaje creció. La superficie ya no era tan estable. Y a partir de ahí, Carlitos se encontró a contracorriente. Y a pesar de que tenía margen para recuperar el terreno perdido, Marozsan, crecido, no le dejó.

Alcaraz hizo lectura adecuada de la situación. No estaba en condiciones de incurrir en una pifia, por pequeña que fuera. Cada punto multiplicaba su valor a partir de este momento. Y se blindó ante cualquier sorpresa, con un set parecido al primero, resuelto en apenas veintisiete minutos, en el que desplegó de nuevo su tenis atómico. Llegó a conseguir en blanco un juego al resto. Fabuloso. Compartía risas y complicidades con su box, donde nunca terminan de alucinar con su juego, con sus recursos ilimitados.      

No faltaron curvas en el cuarto parcial. Con ruptura de Alcaraz devuelva por el húngaro, y nuevo break de jugador de Murcia. Y un segundo quiebre le puso en bandeja la victoria. La número 29 de un total de los últimos 31 en el polvo de arcilla, donde ejerce de monarca. Da igual la camiseta que lleve, lisa o a rayas horizontales que hacen pensar en el Celtic de Glasgow. Da igual que luzca barba, o que su peluquero de toda la vida le meta la cuchilla. La joya de Murcia honra al tenis en una pista sagrada donde una placa recuerda para la eternidad a Rafa Nadal.  

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