El hijo de Jesús Samper se ha comprometido a ceder el crédito que tiene contra la entidad murcianista por una cantidad meramente simbólica. El equipo económico del club también negocia ya con el G-30.
GREGORIO LEÓN
El equipo financiero del Real Murcia trabaja con dos fechas. Una, la del 30 de junio. La otra, la del 1 de enero. Para la primera se afana en allegar fondos que permitan cerrar el ejercicio deportivo sin deudas. Para la segunda ha acometido una negociación compleja que le dé vida al club a partir del 1 de enero, cuando ya haya caducado el reconvenio. Por eso está cerrando ya acuerdos singulares con acreedores, a fin de que vayan desapareciendo los cuchillos que apuntan hoy día directos al corazón del club.
Emilio García, responsable del área estratégica de la PARMU, reveló este martes en Onda Regional que Gonzalo Samper se ha comprometido a ceder a la entidad murcianista, por una cantidad simbólica, la deuda participativa y subordinada, cifrada en 2'8 de euros. O sea, deuda que la familia Samper podía reclamar al Murcia como parte acreedora.
La comisión económica también ha mantenido contactos preliminares con el G-30, que aparece como otro de los actores esenciales en este proceso. El Murcia, en la etapa de Jesús Samper, fue condenado a pagar al G-30 una cantidad superior a los 3 millones de euros. De igual manera, el calendario de conversaciones incluye al agente de jugadores Paco Casal, otro de los acreedores de mayor envergadura que aún tiene el Real Murcia.