Parte de la afición lo señala como responsable principal de que el Murcia se haya quedado sin opciones de subir a Segunda
GREGORIO LEÓN
La vuelta del público a los estadios ha devuelto a las aficiones su cauce principal de expresión: la grada. Ni las redes sociales, representativas de un porcentaje muy pequeño del sentir general, ni las conversaciones en barra de bar, ofrecen un muestreo tan fiel sobre la aprobación o repulsa que suscitan una gestión. Y parte de la afición del Real Murcia, reunida en una de las gradas del estadio BeSoccer La Condomina, estalló el domingo el derbi contra el UCAM, señalando con el dedo al director deportivo. El grito de ¡Julio Algar, dimisión!, pero claramente audible.
¿Renovación? ¿Dimisión?
¿Va a seguir Algar la próxima temporada? ¿Presentará la dimisión antes? "Si el Murcia llega la liga PRO, estaremos en la obligación moral de ofrecerle la renovación a Algar, sí", responde un consejero de la entidad murcianista desde la zona noble del estadio Enrique Roca. "Algar siempre ha preferido ir año a año; en el caso de Loreto, la renovación es automática", añade este dirigente. Otros son más críticos, y saben que arrancar un nuevo proyecto con Algar decidiendo los fichajes puede ser una piedra demasiado gorda en la mochila. Eso, si el Consejo decidiera continuar, algo que en estos momentos solo entra en el terreno de las hipótesis.
Una de las acusaciones más claras que se le hacen a Algar es la reforma demasiado profunda de la plantilla en el mercado de invierno. "En verdad -apunta un consejero- solo queríamos hacer cuatro fichajes. Pero la marcha de Chumbi nos obligó a traer a Adrián Fuentes. Ton Ripoll vino por Sandoval. Navas pidió salir porque Adrián no le iba a dar los minutos que quería, y llegó Molinero. Y la apendicitis de Yeray propició el fichaje de Verza".
Buen rollo con Loreto
Sus defensores en el Consejo destacan la sintonía plena que ahora tiene con el entrenador, Loreto, a diferencia de las divergencias y chispas que saltaban entre Algar y Adrián en la etapa anterior. Y rechazan que haya laminado el proyecto de cantera, recordando la situación del Imperial en Tercera, o el ingreso en la plantilla del primer equipo de jugadores de acento murciano, como Verza o Carrillo.
Fracaso, sí. Pero no solo suyo. Ese es el parecer del Consejo de Administración, en el reparto de responsabilidades del fiasco de la temporada. Algar, muy cuestionado fuera, aún tiene valedores intramuros.