Paco Zaragoza, director deportivo del equipo lorquino, intentó traerlo cedido del Bilbao Athletic. El portero se inclinó por el Elche, pero el traspaso de Kepa devolvió al héroe de España a San Mamés.
GREGORIO LEÓN
En el fútbol, como en la vida, todo va muy rápido. Y el destino se divierte haciendo piruetas. Hace apenas cuatro años Unai Simón se debatía entre jugar en Lorca o en Elche. Hoy ya ha sido etiquetado como héroe de España, después de los dos penaltis que paró en la tanda contra Suiza, más un tercero fallado por el rival.
Era el verano de 2017. El Lorca Fútbol Club, patroneado por Xu Genbao, con Joaquín Romeu de mano derecha, acababa de ascender al fútbol profesional. Ya tenía un portero, Dorronsoro. Y buscó un segundo en Lezama. Allí brillaba en el filial del Athletic de Bilbao un futbolista muy prometedor: Unai Simón. Paco Zaragoza, entonces director deportivo del Lorca FC, valiéndose de su buen ojo, lo detectó. Planteó la oferta al club vasco, para que viniera cedido al Artés Carrasco. Pero sus dirigentes eligieron otro destino para él: Elche. Pero tampoco ese sería su equipo final. El traspaso de Kepa al Chelsea, pago de 80 millones de euros mediante, y una lesión de Iago Herrerín, obligaron al Athletic a recalcular ruta. Unai Simón apenas estuvo 19 días en Elche. Lo reclamaba la Primera División. Y luego, la historia en una tarde de San Petersburgo.