Desde la llegada del Consejo de Administración que lideró Tornel, el club pagó a la Agencia Tributaria dos millones de euros, que han servido para rebajar también la deuda histórica en otro millón.
GREGORIO LEÓN
Así, sin anestesia y de sopetón, el número es para echarse a temblar. Más de diez millones de euros de deuda con la Agencia Tributaria. Lo ha hecho público Hacienda, que publica siempre al borde del fin de año la lista de morosos que tienen una deuda contraída superior a 600.000 euros, marcando como fecha límite el 31 de agosto para hacer el cómputo. El Real Murcia es un clásico de esta lista. Pero el dato (10.152.052,30 euros), mirado con perspectiva, ofrece un análisis optimista. Para llegar a él es preciso confrontarlo con la deuda del club con la Agencia Tributaria, en 2018: 11.157.258,47. La operación es sencilla. Y la resta arroja el titular de que el Murcia ha rebajado sus obligaciones con Hacienda en un millón de euros.
A ese millón reducido, hay que sumarle otro millón de euros, derivado de los pagos hechos por la entidad murcianista para enjugar deuda histórica, esto es, el incremento de pasivo por deudas e intereses devengados, que engordan de manera inexorable si el contribuyente no les hace frente. Y la bola dejada por la ruinosa gestión económica de Jesús Samper es capaz de pasar por encima de cualquiera si se hace más grande aún. El Murcia se ha afanado en rebajarle volumen.
El equipo directivo grana, en la etapa que inició Francisco Tornel, con el trabajo en primera línea de Emilio García. Daniel Moreno y Francisco Cobacho, ha sido capaz de reducir en ese ciclo de tres años un millón la deuda total con la Agencia Tributaria. Sí, el Murcia es moroso. Pero menos.