El tenista murciano juega contra el neerlandés (esta tarde, no antes de las 19 horas, Movistar) buscando el acceso a la tercera ronda del ATP 500 de Basilea.
GREGORIO LEÓN
Después del soponcio que se llevó en la jornada inaugural, donde coqueteó con el peligro, Carlos Alcaraz se quiere blindar ante sorpresas inesperadas en Basilea. Y lo quiere hacer desde una premisa elemental: mejorar su juego. Ante Draper no desplegó su mejor tenis, ni en el primer ni el tercer set, y por eso se expuso a una eliminación que habría profundizado las heridas de Astana.
Esta tarde, no antes de las siete (transmitido por Movistar) juega contra un rival que le trae recuerdos dulces, Botic Van de Zandschulp. Se citaron en el Open de Australia, y allí el murciano, aún menor de edad no quiso bromas: 6-1, 6-4 y 6-4. Es el único antecedente en el historial de enfrentamientos de estos dos jugadores. El neerlandés, como le pasó a Carlitos el lunes, superó en tres sets a su primer oponente en el ATP suizo: el francés Adrian Mannarino. Si el resultado del partido jugado en Australia dibuja una sonrisa en el murciano, otro elemento trae una nube de preocupación: Van de Zandschulp es un tenista muy habituado a jugar en superficies indoor.
