La empresa propietaria del Cartagena, renuente de partida a cederle la gestión de la entidad al grupo de empresarios que lidera Isidoro García.
GREGORIO LEÓN
El plan se encuentra en estado germinal. Isidoro García busca adhesiones para poner en marcha que deje al Cartagena en manos diferentes a las actuales. Con el respaldo de Gregorio García, propietario de La Hita, y de otros empresarios de la zona, ha lanzado la propuesta de alquilar con opción a compra el club que preside Francisco Belmonte. Pero de momento, el planteamiento solo ha sido expresado públicamente, en la entrevista concedida este lunes a Onda Regional. Todavía Isidoro García no ha celebrado una reunión formal con Duino Inversiones, la sociedad propietaria del Cartagena. Pero ha dado un paso más: solicitarla a través del abogado que representa los intereses de la empresa. La operación se articularía con un arrendamiento por cinco años de tiempo máximo, y durante ese plazo este grupo inversor cartagenero pagaría una cantidad en concepto de alquiler que podría alcanzar los 400.000 euros anuales, a descontar del precio final a pagar en caso de ejecución de la opción de compra. Aunque se ha difundido la posibilidad de que Juan Carlos o Pedro Cordero constituyeran el núcleo principal de la comisión deportiva, esta idea no ha sido contemplada hasta el momento.
Fernando Carreño y Francisco Belmonte no ven el alquiler del Cartagena como la mejor opción. Son renuentes a esta posibilidad que ha nacido, y que además, tiene otro elemento en contra: la nula relación entre Isidoro García y el presidente de la entidad albinegra. Un abismo los separa. Fueron íntimos. Ya no lo son. Y si el clima para el desembarco de Miguel Ángel Jiménez Bosque era diferente, con reparto de elogios recíprocos, no es el caso. Y Duino no se inclina por cederle la gestión a Isidoro García, como idea de partida. Fernando Carreño, como accionista principal del Cartagena, está en buenos términos con Belmonte. Y no va a retorcer esa relación pidiéndole que acepte a Isidoro García como inquilino del Cartagena. "Para que venga otro a gestionar, gestionamos nosotros", es la frase que emana del corazón de Duino Inversiones, por mucho que la nueva temporada le suponga a la empresa enfrentar problemas múltiples. La desafección ha crecido y ofrecerá datos mensurables, con una caída inevitable de abonados para el curso próximo. En Duino no son ajenos a esa realidad, pero también se ven con energía para pilotar la nave, aun cuando haya mar picada. La ayuda al descenso administrativo, búsqueda de patrocinios y los ingresos por abonos harían reunir una cantidad no inferior a los dos millones de euros con los que competir con dignidad, sin el presupuesto de otros equipos recién descendidos, como el Tenerife, pero con capacidad para estar arriba. De hecho, el club ya le da vueltas a la campaña de abonos, que presentará antes de que termine este mes.
Belmonte no siente internamente la misma fuerza que hace un año. Pero considera que sería una irresponsabilidad abandonar ahora sus funciones. O el Cartagena es vendido a alguien que ofrezca garantías y viabilidad futuras a la entidad, o seguirá al frente, aunque su exposición pública sea nula. El dirigente albinegro acude todos los días a su despacho en el Cartagonova, y tiene varias vías abiertas de compra-venta. Pero la realidad es que, hasta el momento presente, nadie ha dado el paso definitivo de aportar cantidad alguna. El club ha estado vendido cuatro o cinco veces, y cuando el comprador debía darle al botón para hacer la preceptiva transferencia económica, retiró los dedos del teclado.
Duino Inversiones ha modificado a la baja el precio de compra-venta. Pero su posición es inmutable, no se ha visto alterada durante los últimos meses: no quiere dejar el Cartagena en manos de cualquiera. Y en un ejercicio de responsabilidad, seguirá al gobierno del club hasta que aparezca el comprador real, de verdad.
