En el aire el traslado del club unionense a Málaga. Julián Luna y Daniel Pastor, pendientes de la decisión final.
GREGORIO LEÓN
Ya entrado agosto, aún no se sabe el destino final de La Unión Atlético, el equipo que estuvo a punto de saltar a la Primera RFEF, y cuya directiva inició el camino para buscarle nuevo emplazamiento, alegando razones financieras. Camino que todavía no ha terminado. La decisión final corresponderá al Juez de Competición de la Federación Española de Fútbol, que ha hecho un requerimiento al club para aporte nueva documentación necesaria para su inscripción en la Segunda RFEF, con nueva denominación: Malacitano.
Sin apoyos Julián Luna, ya exhausto económicamente, no podía emprender en solitario la aventura de volver a sacar el equipo en La Unión. Por eso se buscó un aliado: Daniel Pastor. Un empresario muy solvente que pedía, a cambio de su apoyo, llevarse al equipo a Málaga. A tal efecto, en octubre de 2024 ya Luna solicitó formalmente el cambio territorial. La Federación Murciana dio el visto bueno, por acuerdo de sus asambleístas, el pasado 21 de mayo. La Federación Andaluza también puso el pulgar hacia arriba. Y faltaba la aprobación definitiva de la Española, que ha puesto en manos del Juez de Competición, que emitirá un dictamen, no solo respecto de la inscripción o no para competir, sino también autorizando o denegando el cambio territorial.
Julián Luna y Daniel Pastor andan pendientes de la resolución final que adopte el Juez de Competición. Y también otros profesionales de la talla de José Miguel Campos, con contrato renovado por La Unión para la próxima temporada, independientemente del emplazamiento definitivo del equipo.