Kevin Sánchez, Chiki y Ortuño, autores de los goles del equipo, que se pone tercero en la tabla, empatado con el líder.
GREGORIO LEÓN
Los equipos grandes, los que acaban levantando títulos, consiguiendo ascensos, bañándose en confeti, son capaces de ganar en los días oscuros. Y el Cartagena, lejos de su fútbol huracanado habitual en el Cartagonova, tolerando remates del Tarazona, apocado, llegó ya al descanso con una ventaja de dos tantos. Bastó una genialidad del duende Kevin Sánchez para romper el partido. Su control fue exquisito, eliminando al rival que le incomodaba, y su definición, impecable. Golazo. Fue el taponazo que soltó el corcho de la botella. Y a los cuatro minutos Chiki se regaló el segundo en el día de su cumpleaños. La asistencia de Luismi, una delicia. Después del revolcón en Sanlúcar de Barrameda, Javi Rey y los suyos han hecho la lectura adecuada, y la victoria tiene efectos redentores, y además propulsa al Cartagena en la clasificación. Empata a once puntos con el Atlético Madrileño y el Europa.
Después del receso, el Tarazona intentó despertar. Pero todo su esfuerzo fue vano. El Cartagena ya selló todas las grietas y no dejó espacios al enemigo. Y no solo eso. Lejos de abandonar su voracidad goleadora, fue a buscar más, y lo encontró. Alfredo Ortuño peleó dentro del área chica un balón y hasta que no lo metió, no paró. Llevaba sin marcar en liga desde el 12 de mayo de 2024. 3-0 y fiesta total en el Cartagonova. Casi 5.000 espectadores vieron en directo el encuentro.
