El Real Murcia abordará la próxima semana la continuidad del entrenador, Joseba Etxeberria, muy cuestionado.
GREGORIO LEÓN
Con dolor y desasosiego ha abandonado Felipe Moreno las instalaciones de Nueva Condomina, después de aguantar la pitada unánime del estadio, y escuchar las protestas de los aficionados, de pie. Lo mismo han hecho sus consejeros. Y aunque podía aguardarse una reunión de urgencia después del nuevo fracaso del Real Murcia, el equipo ejecutivo grana no quiere tomar decisiones en caliente y aplaza cualquier contacto hasta la semana entrante. Felipe Moreno ha decidido emprender viaje a Madrid, bajar pulsaciones y buscar las mejores soluciones para rescatar al equipo del fondo de la clasificación.
Joseba Etxeberria está en la cuerda floja. Eso no constituye ningún secreto para nadie. También aparece muy desgastada la figura de Asier Goiria a ojos del presidente. Pero el Consejo de Administración tiene que pensar en repuesto, para el caso de que cayera el entrenador, y repuestos, si también lo hiciera el director deportivo, en una medida insólita en la historia reciente del Real Murcia. Además, el costo económico de una intervención quirúrgica de ese calado es de 500.000 euros. Y Felipe Moreno, en un ejercicio de responsabilidad económica, también quiere respirar hondo antes de ejecutar decisiones que modifiquen de forma tan clara las cuentas financieras de la entidad.
El reparto de culpas no solo se queda en el técnico y en la dirección deportiva. El Consejo de Administración está profundamente decepcionado con el rendimiento de varios jugadores de la plantilla.