El principio de acuerdo que ampliaba cinco años más el contrato del jugador con el club se evaporó al aparecer la oferta del Betis. El club grana se abre a otras posibilidades de negociación.
GREGORIO LEÓN
Antonio Toral es un activo del Real Murcia. El club jamás ha querido desprenderse de uno de los futbolistas que ha ido criando. Pero la voluntad del futbolista ha quedado claramente expresada. El extremo quiere irse al Betis, para jugar en el filial. El club franjiverde no está dispuesto a pagar los 750.000 euros que figuran en la cláusula de resolución de contrato, y la operación lleva empantanada desde hace varios días. Por eso, con el deseo de desatascarla y buscar una solución al problema antes de que la pretemporada vaya avanzando, el Real Murcia se abre a otras posibilidades. Ante la certeza de que el Betis no va a asumir el pago de la totalidad de la cláusula resolutoria, hay fórmulas alternativas que las dos partes pueden colocar encima de la mesa. El principio rector de esta negociación para el Murcia es que no va a firmar ningún documento que vaya en perjuicio de los derechos e intereses de la entidad. Este es un problema sobrevenido con el que no contaban en los despachos de Nueva Condomina. Asier Goiria no quiere que el jugador se marche. Pero ante las inclinaciones de Toral, el club sugiere soluciones y cláusulas contractuales que sitúen a las dos partes en un punto de convergencia.
El Murcia tenía en sus planes futuros a Toral. Tan es así como que había alcanzado un principio de acuerdo con Toral para prolongar el contrato aún vigente durante cinco años, tres más dos, según aseguran a Onda Regional fuentes de la entidad murcianista. Pero ese acuerdo se disolvió ante la irrupción del Betis. Preguntado su representante, Joaquín Vigueras, sobre la situación de Toral, el agente murciano ha contestado a este medio con un "no puedo decir nada". Vigueras asumió hace unos meses el trabajo de representación del extremo, antes representado por Paco Terry.
