El equipo grana golea al Europa (3-1) y se coloca cuarto, ya en zona 'play off'. Jorge Mier, Pedro Benito y Cristo Romero, goleadores.
GREGORIO LEÓN
De mascar tornillos a saborear mazapanes. Aquel Murcia deprimido de Joseba Etxeberria ha dado paso a las burbujas que ha traído Adrián Colunga. Y aunque la fotografía es provisional, la que deja este domingo no es cualquiera. Queda fijada durante dos semanas, hasta que el nuevo año traiga la siguiente jornada. Y el equipo murciano ha ingresado en el 'play off', pisando con fuerza, anclándose en la cuarta plaza, a siete puntos del líder. Incluso la primera plaza se ha acercado, cuando hace unas semanas estaba a una distancia planetaria. Noche caliente en ambiente frío. La lluvia y la baja temperatura dejó a muchos en casa. Pero hubo diez mil afortunados que disfrutaron de una noche que abre un mundo nuevo.
El Murcia comenzó a toda mecha. Con buena circulación de la pelota, propuso problemas al rival desde el principio. Y consecuencia de una gran jugada colectiva, con cinco jugadores involucrados, Jorge Mier, indetectable para la defensa catalana, apareció para presentar el pie y hacer el 1-0. La jugada tuvo antes un taconazo de Álvaro Bustos y un centro quirúrgico de David Vicente. Ese gol fue hijo del juego coral. El siguiente, el segundo, de la fe de Pedro Benito, que peleó un balón que parecía nada. Pero el gaditano porfió y levantó la pelota para darle a su equipo una ventaja considerable, que fue aún mayor cuando una pelota que volaba por el cielo cayó en los pies de Cristo Romero, que entró por el sector izquierdo y no perdonó. El resultado era autoritario, 3-0. Pero bastó un despiste defensivo para que Escoruela metiera en el partido al Europa. La otra noticia de signo negativo que dejó el primer acto fue el abandono de Isi Gómez. El centrocampista recibió un golpe en la nariz, tan fuerte que le obligó a retirarse para que entrara Antonio David.
Mutó el Murcia en la segunda parte. Se adormiló, como si pensara que todo el trabajo estaba hecho. El Europa gobernó por completo la pelota, con los grana encogidos. Menos mal que los jugadores de Colunga se dieron cuenta de que ese no era el camino, defendieron en posiciones más adelantadas y lanzaron transiciones. En una de ellas Flakus pudo cerrar el partido, pero no eligió bien. Igual que en el minuto 92, con todo a su favor. La falta de puntería evitó una goleada mayor.