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El Murcia echa otro garabato

El equipo grana solo empata ante el Sevilla Atlético (1-1) y sigue en zona peligrosa. Solo ha ganado un partido sobre un total de seis.

GREGORIO LEÓN
03 OCT 2025 - 21:07
Palmberg
Palmberg, celebrando su gol. Foto: Real Murcia

GREGORIO LEÓN

El Real Murcia es un animal de costumbres. Desde que juega en Primera RFEF nunca ha sido capaz de atrapar la victoria cuando se ha puesto por detrás en el marcador. Este viernes también ocurrió en el estadio Nueva Condomina-Enrique Roca. Y de nuevo los aficionados abandonaron mohínos el campo, frotándose los ojos cuando se asoman a la clasificación, viendo a su equipo en zona peligrosa, con un balance inquietante: solo una victoria sobre seis posibles. Tampoco se vio un equipo jerárquico, dominador. Su fútbol ganó en agresividad, en volumen ofensivo. Pero no fue continuo ni le alcanzó para su objetivo. El Sevilla Atlético, que es un equipo de perfil medio, se llevó un punto en la mochila. Aquella victoria ante el Torremolinos se ha quedado sola.  

El Murcia de Fran Fernández era un equipo de cerraba la puerta. El de Joseba Etxeberria las deja abiertas, y solo el Torremolinos no lo hirió. Los demás han clavado, al menos, un puñal. Y el de Sierra en el minuto 39 confirmó que este Murcia ofrece flaquezas donde antes había fortalezas. Aquella de la puerta a cero, que tampoco sirvió para el ascenso, pero sí para jugar un 'play off', pertenece al pasado. Da igual que la defensa sea de cuatro que de tres. Los jugadores no saben interpretar los dibujos que ensaya Etxeberria, se llamen como se llamen. Y sin un comportamiento eficaz en la zaga, el rival siempre está acechante, sabiendo que solo debe aguardar su oportunidad. Por ahí se escapó, una vez más, la mitad del partido a los grana. Pero no fue culpa solo de eso. Se supone que jugadores con buen pie como Sergio Moyita, Juan Carlos Real o Ekain, que no son unos piernas, son capaces de embocar balones que son una invitación al gol. No fue el caso. El Murcia encaja fácil. Y necesita demasiados remates para hacer diana. Toda la responsabilidad no puede caer en un solo jugador. Flakus no debe resolver todos los enigmas.  

Después de un primer capítulo de fútbol por momentos arrebatado, pareció confundido el cuadro murcianista en el segundo, con el Sevilla Atlético fijando sus posiciones en geografías más adelantadas. Pero el fútbol es indescifrable. Y después de varias ocasiones claras mandadas al limbo, en una aturullada, Palmberg cazó la pelota y llegó el gol, por fin. Otra vez Palmberg, y otra vez a balón parado. Quedaba más de media hora por delante, suficiente para que llegara el segundo tanto. Pero el equipo se enredó, los cambios no surtieron efecto, por mucho acento ofensivo que llevaran, con Cadorini ayudando en sus tareas a Flakus y Pedro León bombeando balones, y el filial sevillista durmió el partido. Noventa y seis minutos no fueron suficientes para un triunfo que el equipo le volvió a negar a sus aficionados. Hubo mejoría. Y también desaliento. El liderato queda ya a cinco puntos.     

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