El equipo grana empata (1-1) en el partido de ida de las semifinales de ascenso a Segunda División. Pedro Benito puso por delante al Murcia. La vuelta, el sábado, en Nueva Condomina.
GREGORIO LEÓN
Fue Arturo Pérez-Reverte el que acuñó el término 'territorio comanche' para referirse a esa zona de guerra en la que puedes esperar que la bala que acabe contigo te venga desde cualquier sitio. Y el Real Murcia ha salido ileso del Nou Estadi, donde el Nàstic había hecho trizas a unos cuantos equipos, apalizándolos. El equipo de Fran Fernández se trae un empate a Nueva Condomina. El resultado tiene dos lecturas: la negativa, porque ganó durante media hora y se le evaporó esa ventaja que era oro, y la positiva, el marcador le vale a los grana el sábado próximo para acceder a la final. Todo después de una encomiable actuación coral, con alto sentido del deber en el que nadie dimitió.
El partido se ajustó al guion prefigurado en los primeros minutos. El Nàstic se apropió de la pelota, moviéndola cada vez con más velocidad, apareciendo en todas las fotografías un jugador de tan buen pie como Víctor Narro. En una de ella se le vio incursionando en el área, agotando la acción hasta la línea de fondo. Fue el primer sobresalto que vivieron los grana. El volumen ofensivo lo ponía el Nàstic. El Murcia se abrigaba. Pero David Flakus quería hacer un giro de trama. Y utilizando el espejo retrovisor, se inventó un pase de tacón para regalarle el gol a Pedro Benito.
La marea podía subir tras el descanso. El Nàstic debía jugar con nuevas cartas para voltear la situación. Pero el Murcia, recio, bien estructurado, con una inteligente ocupación de los espacios, siguió desactivando al enemigo, y atreviéndose con alguna aventura atacante con una galopada de Loren Burón por la orilla izquierda. Todo bajo control. El esmero de los murcianistas era admirable, involucrándose en esas obligaciones incluso Moha, con una jugada valor-gol de Pablo Fernández. Fue el primer aviso del goleador catalán. Y castigó al Murcia con un disparo que ejecutó, completamente solo, inalcanzable para Gazzaniga. Llegaba el momento más delicado para los grana. Y demandaba oficio, meter la pelota en el congelador. Y los jugadores de Fran Fernández cumplieron con la encomienda, bajándole pulsaciones a un partido que había entrado en la zona roja de revoluciones.
La resolución del litigio, el próximo sábado, en Nueva Condomina.