Felipe Moreno quiere que Nueva Condomina sea escenario no solo de partidos de fútbol. Conciertos, espectáculos deportivos y restauración pueden multiplicar el valor y rentabilidad del estadio donde juega el Murcia.
GREGORIO LEÓN
Felipe Moreno tiene dos obsesiones desde que llegó al Real Murcia: conducirlo al fútbol profesional y modernizar el estadio Nueva Condomina-Enrique Roca. La primera vez que entró en el campo, unos días después de comprar el club grana, dijo a la persona que iba a su lado, haciendo de cicerone: "Si yo hubiera tenido un campo así en Leganés..." Estaba completamente deslumbrado. Y el presidente grana intuyó ya, en ese momento, las infinitas posibilidades que concedía una instalación de esas características, propias de la Primera División. Lo primero, aumentar el aforo, anticipando que se quedará pequeño cuando el Murcia llegue a Segunda y Primera División. Por eso su insistencia en que la ciudad no se bajara del barco del Mundial 2030. Y aun hoy no quiere Felipe Moreno dar la batalla por concluida hasta que haya una mínima posibilidad de victoria.
Y a la espera de una profunda renovación estructural que aumentaría el aforo extraordinariamente, el Murcia va a darle 2.000 asientos nuevos, con los palcos privados que se estrenarán en los próximos meses. Los paneles publicitarios lucen ya, otorgándole a Nueva Condomina una estética de estadio de Champions. Y dejar la casa bonita permitirá, a juicio de Felipe Moreno, que no solo sea enclave circunscrito a la celebración de partidos de fútbol, sino que se abra a otros espectáculos. Y la fuente inspiradora es el estadio Santiago Bernabéu, cuya última reforma ha supuesto una enorme inversión que ya empieza a recuperar el Real Madrid. Conciertos, tour, eventos, restauración... Los ingresos para esta temporada estimados por Florentino Pérez, por la explotación del estadio ubicado en el paseo de la Castellana, se elevan a 402 millones de euros. Ya el curso pasado el Tour dejó en caja 52 millones de euros, conciertos y eventos más de quince y la restauración, diez millones.
Felipe Moreno lo tiene claro. Quiere fijarse y aprender de los grandes. Y el Real Madrid, con la explotación infinita del Santiago Bernabéu, es el club al que mira.
