El equipo grana por 0-1, con un gol de Héctor. Lleno absoluto en el Cartagonova
GREGORIO LEÓN
Ocho años después, el Real Murcia ganó en el Cartagonova. El derbi de las emociones, el que acelera los corazones, fue esta vez para el equipo grana. Y la cita tuvo un protagonista inesperado. Héctor, hasta hace poco en Tercera División, cazó un balón remitido desde el córner y marcó el gol más importante de su vida. El Cartagena lo intentó por todos los medios, incluso con un disparo a la madera, pero los tres puntos viajan a la ciudad de Murcia. Y la victoria tiene una consecuencia clasificatoria inmediata: el equipo murcianista adelanta al albinegro en la clasificación.
El Murcia fue protagónico en los primeros minutos. Llamó a la puerta hasta en dos ocasiones, con Ekain y David Flakus apareciendo en la foto. El Cartagena también avisó. Luismi retó a Gazzaniga, en muy posición, pero el duelo lo ganó al argentino. Los grana usaban las dos bandas. Y por la izquierda llegó un balón enviado por Álvaro Bustos desde el córner. Lucho García no midió bien y Héctor presentó la cabeza para hacer el 0-1. Era el minuto 16. Y poco después el central murcianista, indetectado por la zaga local, remató al palo. Después de ese susto, con Luismi creciendo, empezó a carburar el Cartagena, incidiendo sobre todo por el perfil izquierdo, con Kevin Sánchez como protagonista. Y Diego Gómez, después de una buena circulación, se encontró con una pelota perfecta para hacer el 1-1. Estaba solo, delante de la portería. Pero su remate fue malo. El Murcia soportaba como podía los embates de los locales, excitados.
Hubo movimientos de ajedrez al descanso. Ambos entrenadores cambiaron unidades. Pedro Benito, por decisión técnica, dejó su hueco a Cristo Romero, lo que llevó a Bustos al flanco derecho. Y en el Cartagena entraron Ander Martín y Edgar por Diego Gómez y Pablo Larrea. El equipo albinegro elevó el volumen. Luismi mandó la pelota a la cruceta. El Murcia, en un bloque muy bajo, sin pelota, quedó a merced del Cartagena. Javi Rey metió las madera, colocado sobre el césped a De Blasis. Colunga replicó dándole la opción de jugar a Juan Carlos Real para recuperar la posesión perdida. Pero el equipo local no estaba dispuesto a cedérselo. Los espacios crecían. El Murcia, en vez de poner pausa con futbolistas de recambio, vio cómo le apretaba las tuercas el Cartagena, ya con Ortuño para intentar cambiar el destino del partido. Pero el ejercicio de supervivencia del Real Murcia le sirvió para llevarse todo el premio.