Los dos gigantes del tenis han celebrado un entrenamiento conjunto en la pista central de Wimbledon, donde Alcaraz se estrena la próxima semana.
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz ha abandonado la camiseta de rayas horizontales y ha comparecido en la pista central del All England Club vestido de etiqueta, de blanco cegador, el que pide la organización de Wimbledon desde el primer día en el que dos jugadores pisaron ese terreno sagrado, en el siglo XIX. Lo ha hecho para celebrar media hora de entrenamiento con Novak Djokovic. Nueve torneos ganados entre ambos allí, siete el serbio, dos el murciano. Y como le pasó a Carlitos en su preparación en Queen's ante Jiri Lehecka, el resultado fue de igualdad: 5-5. La sintonía entre estos dos gigantes del tenis es perfecta, y ha quedado evidenciada de nuevo, cuando el jugador de El Palmar ha conectado un passing de revés a una mano que se ha convertido en un golpe ganador: "He cerrado los ojos y ha salido así", se ha disculpado el murciano ante Nole.
Con el techo cerrado de las instalaciones, nubes amenazantes viajando por el cielo, los dos jugadores han afinado la puesta a punto. Djokovic ha defendido esta misma semana el modo de entender la profesión de Carlos Alcaraz. "Siempre gana antes y después de Ibiza. Lo que haga allí, está funcionando".