El equipo murciano se impone por 3-0 al Osasuna y se coloca en el primer puesto de la clasificación. La última vez que ocupó ese lugar fue el 1 de septiembre de 2023.
GREGORIO LEÓN
Que ElPozo Murcia gane un título es extraordinariamente complicado. No figura entre los grandes candidatos (Jimbee, Barcelona y Palma). Pero lo que es incuestionable es que el equipo murciano, más allá de lo que dicta la clasificación en estos momentos, con unos registros admirables, ha recuperado su principal seña de identidad, la cualidad competitiva, aquella que lo diferenció desde su nacimiento, y que le hizo llegar tantas veces a la última estación, aunque luego el confeti fuera para otro. Da igual. El equipo fundado por la familia Fuertes nunca fue un gran coleccionista de títulos. El club se había extraviado los últimos años en una inquietante mediocridad que le hizo acabar ligas en octavo lugar, caerse en cuartos de final o en rondas preliminares de Copas del Rey. Un equipo al que podía ganar cualquiera, con el Palacio de los Deportes, territorio antes sagrado, permanentemente profanado. Ahora es distinto. Este Pozo ausente de estrellas y grandes nóminas es un Pozo que esconde sus defectos en la tribu. Porque en eso se ha convertido ElPozo, en una tribu de guerreros con el rostro ensangrentado. Jugadores con tendencia antes a la laxitud ahora pelean cada pelota. El equipo se refugia en el compromiso. Y cuando luego aparecen los solistas, es difícil pararlo. Lo intentó Osasuna, que a pesar de sus bajas es un conjunto siempre cualificado. Pero se encontró, en la primera parte con un gol de Álex García y dos maderas, y luego con los goles de Gadeia y Ricardinho, este último una obra de arte. Es bueno para el chico, de natural tímido, y que necesitaba los aplausos del Palacio.
ElPozo del año pasado acababa muchos partidos recurriendo al juego de cinco, muchas veces a la desesperada. Esta temporada es el rival el que necesita ese recurso. Y ahí el equipo se hace de mármol. Este sábado aguantó casi ocho minutos los embates del rival, y dejó la puerta a cero. Es el cuadro de Josan el menor goleado de la categoría.
El Palacio terminó encantado con su equipo. Solo fueron 1.500 espectadores, pero ya es medio millar más de las entradas medias del curso anterior. El equipo deberá seguir perseverando en esa línea para recuperar a aquellos que se hartaron de ver perder a los suyos, de manera cotidiana. De momento el equipo es líder, dos años después. Hay que rebobinar mucho la cinta, hasta el 1 de septiembre de 2023 para encontrar una fotografía como la actual.
