El portero del Real Murcia elogia al delantero esloveno y explica cómo se recuperó anímicamente tras su error en Marbella.
GREGORIO LEÓN
Gianfranco Gazzzaniga es otro de los miembros de una dinastía de porteros, que empezó con su abuelo. Gente que se ha criado debajo de los palos, que han vivido en el arco. Y el portero del Real Murcia tuvo un accidente en el partido inaugural de liga que le costó la derrota al equipo, en Marbella. El balón se le escurrió como una pastilla de jabón. Cuando pasa eso, si tienes una personalidad apocada puedes quedar tendido en el diván, mortificándote por el error. Pero cuando eres un profesional con la cabeza muy bien amueblada, preparada para metabolizar contratiempos y reveses, te levantas enseguida. Y este domingo, en Alcalá de Henares, vimos de nuevo la mejor versión del argentino, la versión salvadora. Tres manos suyas evitaron la derrota del Murcia.
"El disparo en Marbella no fue fuerte, ni a la escuadra. Y vi después el gol para ver qué había pasado exactamente, porque no era normal. Ataqué el balón de costado, y el botarme mal, en vez de salir para adelante, salió para mi izquierda. Lo asumí y afronté los días siguientes. Me quedé con cara de tonto, pero a partir de ahí, cero problemas", reflexiona Gazzaniga.
El guardián de la portería del Real Murcia vive plenamente integrado en la ciudad, y no dudó en lanzarse a la calla para sumarse a la Romería de este martes. Y elogia a los seguidores murcianistas: "La gente aquí lo siente mucho, de verdad. Es una afición que tiene mucho temperamento. y no son pocos. Aquí se meten en el campo 30.000 personas, y la hinchada es de otra categoría. Lo demuestra y lo sufre".
Gazzaniga piropea a David Flakus, autor de dos goles en sus dos primeros partidos del nuevo curso: "A Flakus lo atormento, y le meto presión en cada entrenamiento".
Ahí lleváis la entrevista completa...
