El tenista murciano ha cumplido con su promesa y se ha tatuado la imagen de la Estatua de la Libertad y el puente de Brooklyn, tras ganar el US Open de 2025.
GREGORIO LEÓN
Cuando la ves de cerca, no te parece tan grande como en las películas. Desde el downtown hasta se ve pequeña. El puente de Brooklyn nunca piensas que sea tan largo, con ese kilómetro en el que vas sorteando cuerpos que, como el tuyo, disfrutan de una de las experiencias más genuinamente neoyorquinas: cruzarlo, sin prisas. Al atardecer, si es mejor, antes de que el crepúsculo descienda. Son dos de las figuras más icónicas de Nueva York. Una ciudad íntimamente conectada a Carlos Alcaraz, por mucho que naciera en una ciudad que es todo lo contrario. El Palmar poco tiene que ver con la capital del mundo. Desde que un 11 de septiembre llegó a la cima, siendo el número uno más joven de la historia, Nueva York ha quedado agregada a la biografía del jugador murciano. Aquella fecha ya se hizo tatuaje. Y ahora esas dos imágenes tan representativas de la ciudad de los rascacielos han llegado a su piel: la de la Estatua de la Libertad y la del Puente de Brooklyn.
Una vez más ha sido el tatuador murciano Ganga el que ha hecho esta nueva obra de arte. Alcaraz ha cumplido la promesa que hizo cuando ganó por segunda vez el US Open, el pasado mes de septiembre, rindiendo a Jannik Sinner. El jugador murciano quiere que en su cuerpo queden para siempre recuerdos de los grandes momentos. Es el cuarto tatuaje que se hace, y todos corresponden a Grand Slams donde se coronó: US Open, Roland Garros y Wimbledon.
