El tenista italiano, que se impuso por 6-2 y 6-4, se lleva los 5,1 millones para el ganador del Six Kings Slam.
GREGORIO LEÓN
Después de varias citas de dominio murciano, con el US Open y Nueva York como ejemplo más reciente, Jannik Sinner se ha vengado de Carlos Alcaraz, en un partido que tiene gran valor en términos económicos, y pequeño a efectos tenísticos. El talón con los cinco millones y pico de euros (seis millones de dólares) que la organización prepara fue a las manos del tenista italiano, otro año más.
No hubo combate en el primer set. Se esperaba un duelo con intercambio de golpes, de martillazos y genialidades. Un torneo de exhibición se presta al espectáculo despojado de nervios y presión. Pero los palos los dio solo un tenista, Sinner, impecable al servicio, un muro al resto, hizo hasta dos rupturas seguidas para dejar con escasas opciones a un Alcaraz desvaído, desconocido, que vio cómo el de San Cándido conseguía juegos en blanco. El capítulo acabó en veintisiete minutos.
Carlos Alcaraz advirtió que tenía que subir mucho su nivel si quería tener opciones. Para empezar, debía sacar adelante sus turnos de servicio. Y por ahí tiró, por mucho que Sinner no ofreciera flaquezas cuando hacía uso de los suyos. Y en esa línea de juego sin concesiones, el italiano firmó un break para ponerse 4-3. El partido empezaba ya a decantarse para él. No, no se pudo ver salvo a ráfagas cortas, el juego que ha hecho a Carlos Alcaraz el número 1 del mundo. Quizá le faltó ritmo por culpa del esguince de grado dos que sufrió en Tokio y que está más en su cabeza que en su tobillo. Esta vez Sinner fue mejor.
¿Qué le queda a Alcaraz para terminar el año?
