El tenista cae ante Taylor Fritz por 6-3 y 6-2 en la segunda jornada de la Laver Cup, en San Francisco, y Europa está obligada a una remontada este domingo. Primera derrota de Alcaraz desde el 13 de julio
GREGORIO LEÓN
No. Esta vez no hubo sonrisas. Esta vez Carlos Alcaraz mostró un semblante serio, y jamás se sintió a gusto porque Taylor Fritz nunca quiso que se sintiera así. Cuesta escribir estas palabras, por inhabituales cuando hablamos de la estrella planetaria del tenis, del chico que hace apenas dos semanas estaba conquistando Nueva York. Pero allí, en la tierra que gobierna Donald Trump, en Estados Unidos, ha vivido esta madrugada un revés impropio de su calidad, representando a Europa en la Laver Cup. Fritz se vistió de Alcaraz, y le borró la expresión. Diecinueve errores no forzados del murciano. Solo diez ganadores conectados. Y enfrente, su enemigo, con porcentajes de primeros servicios superando el 80 por 100, firmando un partido difícilmente mejorable. En apenas una hora y doce minutos Fritz se merendó a Alcaraz.
"Hoy sentía que tenía que ganar por cómo estaba yendo el día, así que con las dos derrotas, debía ganar mi partido. Fue un poco de presión extra por cómo estaba yendo la eliminatoria, pero no porque sea el número uno del mundo. El ranking es solo un número", comentó contrariado Alcaraz su cita con Fritz.
Y es que, en efecto, la jornada ya iba torcida, y ganar la Laver Cup, con un marcador ahora adverso de 3-7, obligará a Europa a una remontada que quiere evitar el equipo que dirige Andre Agassi.
Esta es la primera derrota de Alcaraz desde que cayó en la final de Wimbledon ante Jannik Sinner, el pasado 13 de julio.