¡Viva la Virgen de la Fuensanta!
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Anoche, en El Encuentro de Onda Regional, volvimos a sentir la intensidad de una jornada que Murcia entera guarda en el corazón: la romería de la Virgen de la Fuensanta. La patrona regresaba a su santuario en Algezares tras días de fervor en la ciudad, y con ella se iban también las emociones, las promesas cumplidas y las historias personales que hacen de este acontecimiento mucho más que una tradición.
En el programa nos acercamos a esas vivencias a través de dos protagonistas que representan, desde ángulos distintos, lo que significa caminar junto a la Fuensanta.
El primero fue cabo de andas Joaquín Vidal, quien ha llevado sobre sus hombros la responsabilidad de guiar el trono de la Virgen. Una tarea cargada de peso espiritual, pues son muchos los devotos que cada año piden portar a la patrona, algunos para cumplir una promesa, otros como expresión de gratitud. “La Virgen no solo la llevamos los estantes, la lleva el pueblo entero”, nos confesaba con la voz aún emocionada, recordando los innumerables ramos de flores que se ofrecieron durante el recorrido y la cantidad de niños que fueron presentados a la Virgen.
La segunda entrevista nos llevó a un gesto de amor convertido en historia. Luis Miguel García de Andrés, junto a su esposa, ha donado a la Fuensanta un nuevo manto: una réplica exacta del que lució en 1879. Confeccionado en los talleres Garín de Valencia, los mismos que hicieron el original, este traje recupera el esplendor de los brocados en seda y plata que hacía décadas no se veían en una romería. Fueron necesarios 17 metros de tela, 6.800 hilos de seda y plata y un meticuloso trabajo artesanal en el que apenas se avanzaban 40 centímetros al día.
El Niño también estrena atuendo con la misma tela, acompañado de zapatos a juego y botones de plata cargados de significado: los que donó el consiliario de la Virgen, José Antonio Ibáñez, procedentes de su propio traje de huertano de cuando era un bebé.
Luis Miguel reconocía que al ver a la Virgen luciendo el manto por primera vez, durante la romería, le recorrió un sentimiento difícil de describir: “No es un regalo nuestro, es un regalo de Murcia a su patrona”.
La jornada de ayer volvió a recordarnos que la romería de la Fuensanta no es solo un traslado: es un encuentro de fe, de cultura y de emociones compartidas. Desde los estantes que cargan el trono hasta las familias que donan un traje, pasando por miles de murcianos que acompañan a pie, todos comparten el mismo grito que resuena en cada esquina del camino: ¡Guapa y viva la Virgen de la Fuensanta!